Conmueve hasta la perplejidad y provoca dolor individual y colectivo, el conocimiento público de los detalles del cruel asesinato de Cecilia. Escalofrío y estupefacción, ante tamaña perversidad.
La familia Sena, luego de perpetrar el homicidio, continuo su vida, mintiendo y tratando de no ser descubierta y comportándose en forma natural y poniendo foco en sus aviesos intereses particulares.
Nada parecía haber cambiado, mientras el infierno estaba presente.
Un asesinato llevado a cabo con predeterminación, por padre, madre e hijo, para luego involucrar sin prurito ni culpa alguna a”sus colaboradores todo servicio”. Servilismo obligatorio y abusivo. Propio de esta nueva clase emergente en el país, lease también la Tupac Amaru de Milagro Sala.
Con dinero proveniente del pueblo, crean y arman a su antojo, su propio pueblo, donde ejercen poder y control absoluto, como monarcas de ésta época, y en vínculo muy cercano con el poder populista de turno. Todos dependientes( cuasi esclavizados) y unidos triunfaremos.
Asesinaron fríamente, descartaron el cadáver incinerándolo y destrozando sus huesos, mintieron frente a las cámaras de TV y los periodistas sin pestañear, involucraron a terceros obedientes, se victimizaron denunciando persecución política, simulaban que Cecilia contaba de su estadía en Bs As, paso previo del viaje a Ushuaia, continuaron con su vida como si nada hubiera sucedido, César, el hijo practicante de Jiujitsu, navegaba por Internet averiguando” que pasa con el alma del ser querido que muere en forma violenta”, mientras el horror estaba presente. Sin límites, con escasos vestigios de humanidad.
No pudieron con la realidad ni mucho menos con la madre de Cecilia. Indomable, infatigable, sin temor, emprendió desde el comienzo contra la familia Sena y los inculpó. Pese al dolor de madre, involucró y comprometió a gran parte de la sociedad chaqueña en la resolución del asesinato, en el sentido que ella expresaba. Y lo consiguió.
Jorge Milton Capitanich: el gobernador de Chaco es un populista autoritario de vieja data. De verba inflamada, presuntuoso y extremo en opiniones y gestos, hasta romper un diario frente a las cámaras de TV, el homicidio de Cecilia lo ha tocado y disminuído claramente. Lo experimentó en las Paso recientes.
¿Que lleva a un político experimentado a comprometerse y exponerse hasta estos límites? Con Cecilia ya muerta y desaparecida siguió girando fondos del pueblo a Emerenciano Sena. Fue padrino de bodas del matrimonio y prologó un libro autoreferencial sobre el pater familis. Intertanto Sena dirigía escuelas donde la bandera cubana compartía con la enseña patria nacional y veneraba en simbología y adoctrinamiento al Che Guevara y los niños, con el puño alzado, exclamaban a los gritos;” Hasta la victoria siempre”. Música para los oídos del “popular y nacional” Jorge Milton Capitanich.
El poder absoluto nunca se autolimita. Nada importa.
Quizo encuadrar el asesinato en un hecho policial. En el orden nacional, el único que habló fue Aníbal Fernández, acompañando al gobernador en su mirada estrecha. Alberto, Cristina , el ministerio de la Mujer, el colectivo feminista pseudoprogre, las agrupaciones de derechos humanos, como corresponde y ha sido habitual, silencio absoluto.
Una pintura clara del autoritarismo populista en acción. De eso no se habla.
El pueblo chaqueño. ¿Es posible vivir tanto tiempo gobernado por personajes como Jorge Milton Capitanich y otros políticos semejantes?
¿No pasa nada en la mente y espíritu de mujeres y hombres libres, solidarios, comprometidos, responsables, que no se dejan atropellar y ser llevados de las narices? O es ésta definición, sólo una mera expresión de deseos o una ilusión ingenua.
Hay varias Chaco de Capitanich más por la Argentina. Santiago del Estero, La Rioja, Formosa, Santa Cruz,se asoma San Juan, entre las más destacadas Es necesario despertar al engaño y asumir las verdaderas responsabilidades ciudadanas. Por dignidad personal y para que no haya más Cecilias.