El triunfo de Milei desató una convulsión política no prevista. Incluso hay especulaciones no infundadas, que ante la falta de fiscales en cantidad necesaria, el libertario fue víctima de robo de boletas e incluso se vio perjudicado en alrededor de un 4% de votos.
El impacto de la Libertad Avanza golpeó con mayor fuerza a Juntos por el Cambio. Los cambiemitas, que luego de las elecciones intermedias de 2021 se enfilaban como claros favoritos, cometiron errores y torpezas impensadas y propias de amateurs de la política.
Horacio Rodriguez Larreta fue el abanderado del desvarío general, que coronaron con una interna estéril y que por momentos lució de una agresividad excesiva y que finalizó perjudicandolos. El triunfo de Patricia Bullrich dejó fuera de carrera a María Eugenia Vidal, varios radicales encolumnados con Gerardo Morales, a Miguel Pichetto y también a José Luis Espert, sin mencionar a los inmumerables dirigentes que la doble derrota devoró. Todavía varios de los mencionados no se recuperan.
La devaluación acordada por Massa con el Fondo, negada reiteradamente y a efectuar apenas realizadas las elecciones; como consecuencia del resultado electoral, tuvo un efecto demoledor y mucho más negativo que el que debía ocasionar. El daño causado fue de tal envergadura que finalizada la semana el gobierno sigue tomando medidas para mitigar las dolorosas secuelas y para apartarse del riesgo de una hiperinflación. Medidas muchas de las cuales lucen más a manotazos de ahogado que a soluciones certeras y eficaces.
En varias ciudades del país ha habido incitación a saqueos y en Mendoza se produjeron enfrentamientos con la policía por intentos de invadir un supermercado en Las Heras y por desvalijamiento de una carnicería. Tensión social evidente.
El panorama se ha complicado aún mas y se necesita de sapiencia, análisis racional e inteligencia, en mayor medida aplicadas por el pueblo, para que la elección de octubre tenga un efecto reparador y se convierta en plataforma de impulso de la tarea reconstructiva del desquicio imperante.
Y hay una primera noticia muy buena que despierta genuina ilusión.
.Mayoritariamente la ciudadanía tomó conciencia y se expresó en contra del sostenimiento de un Estado inmenso, opresor, omnipresente, que interviene en casi todos los aspectos de la vida individual y colectiva, trabando y dificultando el diario accionar, hasta tornarse limitador de la libertad y destructor compulsivo.
Las urnas dejaron en claro el rechazo al Estad Leviatán que durante tanto tiempo nos ha asfixiado y dañado, clamando y demandando por un Estado útil. También explicitaron aversión a una clase dirigente alejada de la gente y de sus necesidades. Demandaron mayoritariamente, políticos servidores del bien común. Es un logro de valor inmenso.
Las buenas noticias se deben multiplicar en las cercanas elecciones. Con convicción segura y explícita se debe afirmar la República y sostener el concepto de libertad responsable.
Libertad responsable y República que nos aparten definitivamente del autoritarismo populista, del progresismo declamado que daña y paraliza y de las ideas que colisionen con las instituciones y con el sentido común, en síntesis, de la desmesura reinante.
Debemos los ciudadanos, cuando se abran las urnas, alentar con buenas noticias el futuro, para encaminar la Patria y comenzar a vislumbrar un futuro esperanzador. Ideas racionales deben prevalecer sobre lo imperante durante tantos años y sobre la declamación eufórica, el voluntarismo o la inconsistencia. No utopías, anomalías, ideas o soluciones irrealizables, ni estrambóticas.
Ha habido demasiado ausentismo en el cuarto oscuro. Peligroso y funcional. Ejerzamos nuestro derecho. Resignarlo es favorecer la continuidad del destino.
Libertad, República, Estado Útil, Votar para ejercer nuestro derecho y Sentido Común. Es el tiempo. Generemos buenas noticias. Seamos republicanos responsables.