El domingo pasado Sergio Massa fatigó su red social Instagram con anuncios valuados en aproximadamente 1.000 millones de dólares, para atenuar el impacto devastador de la devaluación que él mismo implantó.
Apelando al Var:
Los variados anuncios del ministro de Economía destinados”para cuidar las familias argentinas” tienen otro destino fundamental; darle posibilidad electoral al candidato Sergio Massa.
El ministro de Economía dispone de fondos para apoyar al candidato a presidente. Son la misma persona.
No hay problema ético ni inconveniente alguno en sortear nuevamente al FMI. El consiguiente e inevitable traslado a precios de la importante suma de dinero inyectada al mercado y la consiguiente mayor inflación, no son tenidos en cuenta. Dos digitos mensuales de inflación mensual pueden acompañar la economía por más meses de los previstos y deseados.
Faltan agregar más aumentos de tarifas comprometidos con el Fondo, mientras se recalientan los dólares financieros. EL dólar CCL merodea los 800 pesos. Ni hablar de la demora en proveer de dólares a los importadores. El sector salud esta al límite. Están jugando con el bien más preciado por todo ser humano: la propia salud.
Varias cámaras empresariales se han pronunciado negativamente por los anuncios. Más costo impuesto obligatoriamente por el Estado Inútil¿ Las paritarias para que están? No importa ni interesa. Tras una máscara loable, pero que al final va a ser perjudicial, el interés es meramente electoral y personal del candidato; no del ministro.
Se suman voces contrariadas de intendentes peronistas y gobernadores. De dónde sale la plata para abonar los montos dispuestos por el ministro Massa para favorecer al candidato Massa. Se verá.
El dislate, la sin razón y la falta de verguenza dominan el escenario de la Argentina de hoy.
Escasea la moneda americana, sobreabundan los pesos y las reservas netas del Banco Central son negativas. Crece la inflación y se consolida un proceso recesivo. Malas noticias a doquier. Irrelevante.
El interés principal está centrado en llegar al ballotage a lo que cueste. Buen muchacho.
Joaquín Del Tirso