Entramos en la recta final en Mendoza. Tres semanas y la provincia tendrá nuevo gobernador electo. Poco para mostrar e ilusionar.
En el orden nacional faltan menos de dos meses y en la grilla hay cinco candidatos, con uno que llenó el centro de la escena y dos tratando de encontrar el mejor eje y un reposicionamiento que vislumbre triunfo.
No hay más tiempo para nimiedades, vaguedades, relatos o juegos tribuneros. El horno no está para bollos.
ELECCIONES NACIONALES
El hartazgo generalizado ciudadano y el agravamiento de la situación socioeconómica fueron claves en el resultado de las Paso. El voto repartido entre las dos coaliciones habituales se convirtió con la irrupción de Javier Milei en tres tercios y en la derrota del planteo de acuerdos y consensos por sobre la confrontación. Impactante número de compatriotas alejados de las urnas.
Milei profundizó la grieta. Es él contra el resto; la casta política. Amplió la división, sumando a algunos sectores empresarios y diversos medios periodísticos. División recargada.
No alcanza ni es fructífera una grieta profundizada. Para agravamiento abundan hechos inconducentes.
Traiciones, operaciones de todo tipo, saltos de garrocha( Luis Barrionuevo de Wado a Milei) o promesas de apoyo impensadas ( el gobernador Perotti al libertario), más las rencillas internas y pases de factura en Juntos por el Cambio y Unión por la Patria no aportan nada al esclarecimiento de los ciudadanos.
Basta. Es hora de responsabilidad para con el pueblo y de explicitar con claridad ideas centrales y cada candidato su programa para someterlo a la consideración y debate colectivo. Sin palabras o frases altisonantes y sin descalificaciones personales o menores.
A las cosas. La urgencia de la crisis lo amerita y el tiempo no sobra.
El 60% de los ciudadanos que votaron se pronunciaron por un cambio. Que se ofrece a ese pedido mayoritario.¿ La dolarización que era inmediata ahora va a demandar tiempo.¿ Cuánto, porqué y como se va a llevar a cabo?
¿Y los cepos? Carlos Melconian asegura inmediatez en despejar las telarañás con que el cepo atrapó la economía, pero señala que será paso a paso.¿ Y la inmediatez? Cuantos pasos y en que tiempo.
Massa que duplicó la inflación como ministro afirma ser quien la va a derrotar como presidente. La realidad de su gestión como ministro desarma el relato de candidato. Suena a chapucería, no da ni para pase de mago.
Poco, muy poco la mirada sobre planes y equipos para proveer seguridad a la vida diaria. El temor colectivo y los hechos delictivos permanentes y muchos de extrema gravedad agobian y limitan la libertad. Más ausencia de ideas que presencia de proyectos.
Hay mucho más en la demanda ciudadana. Ocúpense y pongan a consideración lo que van a hacer. La decadencia y la urgente realidad mandan.
Menos conducta argento y más responsabilidad y compromiso de servidor público.
ELECCIONES EN MENDOZA:
Insulsa, liviana en demasía, sin ilusionar ni esperanzar es la campaña, a tres semanas de concurrir a las urnas.
Item aula, eliminación o no de la RTO vehícular no es lo sustancial ni trascendente para debatir o poner en el centro de la escena pública. Si le sumamos las descalificaciones personales, las operaciones mediáticas y judiciales , la propaganda agresiva y la falta de ideas de fondo supreadoras, el panorama luce chato y desmotivador.
Es imprescindible alentar, entusiasmar a quienes no se presentaron a votar. Primó la ira cotra la dirigencia, la apatía, la desazón, la convicción de que no vale la pena ejercer el poder popular.
“Esto no tiene arreglo, no cambia más”, se escucha con frecuencia. Contra esto hay que lidiar y lo que hay que desterrar. Actores únicos y claves; los políticos. ¿Quienes si no ellos en la democracia representativa?
Tienen la obligación de reivindicarse, aunar compromiso y vocación de servicio con propuestas factibles. Esperan por ellas la seguridad, la economía con salarios promedios bajos y falta de inversión, la educación, el debate sobre la minería, la sociedad del conocimiento. Es ahora, queda poco tiempo y la realidad abruma. No desilusionen nuevamente.
Joaquín Del Tirso