Viernes 8 de setiembre. Acompañado de dos familiares, el viajero y sus acompañantes realizaron los trámites en el mostrador de Latam, con presteza y buena atención.
Apenas subidas las escaleras para cumplimentar la tarea de revisión por parte de la PSA, Policía de Seguridad Aeronáutica y el paso por Migración, anteriores al arribo a la sala de espera, se presentó la primera sorpresa.
Una larga cola inmóvil superaba la salida de la escalera eléctrica y se entremezclaba con las mesas de un café. Raro y no habitual. Sin embargo, averiguando, descubrió que es más frecuente de lo deseado.
Pasados 10 minutos sin ningún movimiento, consulto a uno de los guardias privados que controlan pasajes y documentación.
” Deben abordar todos los pasajeros de un vuelo de Sky, también con destino a Santiago de Chile. Es para evitar que se confundan de avión”. Obviamente servidores que sólo cumplen órdenes.
Consideran a las ciudadanos estúpidos sin discernimiento. Otro maltrato inconcebible. Son continuos y demasiados.
Las consecuencias de esa larga cola de espera eran previsibles; menos para quien dispone semejantes sandeces.
El trámite de PSA se hizo, obviamente, lento y engorroso. Y más el posterior de Migraciones.
Una hora y algunos minutos consumió el desatino ordenado por algún funcionario ineficiente.
Trato “cordial y simple para turistas extranjeros que abandonan el país vía Chile”. Colaboró con el destino las dimensiones de la aerostación. Quedó pequeña rápidamente. Falta de previsión de autoridades y de Aeropuertos Argentinos 2000; el concesionario. Eduardo Eurnekian, titular de Aeropuertos es especialista en mercados regulados. Regulados por y para ellos, no para clientes.
El turismo encabeza los ingresos en la provincia. Hay que cuidarlo, alentarlo y mejorarlo. El bochorno de la gestión del aeropuerto conspira directamente contra la mejor prestación del servicio. Se debe imperiosamente resolver. Y ponerse en la tarea imprescindible de mejorar y aumentar la estructura física del aeropuerto. Se quedaron cortos, como sucede en numerosas ocasiones. Estado inútil y”empresario típico nacional y popular”. Todos argentos, hasta la muerte.