Lo que se observó a través de las redes sociales desde Marbella , es mucho más que una ostentación obscena. Son imágenes que se conectan con las de Chocolate Rigau y la “caja black” de la Legislatura bonaerense que atraviesa transversalmente la política, silente al respecto.
Silvina Batakis, la contratación de su ex marido y la numeróloga Pitty como asesora, forman parte de la habitualidad y se enlazan con el yate en el mediterráneo y el chocolate belga francés. También el festival de militantes y amigos sumados al empleo estatal y el dispendio del Plan Plata Total de Sergio Massa.
Cristina fuerza una crisis institucional desde el Senado, desafiando a un conflicto de poderes con la Suprema Corte, prestando acuerdo a una juez afín, jubilada previamente por la Corte.
El marco que proyecta el “no importa nada” descripto, es la pobreza del 40,1%, sin el impacto de la devaluación de agosto, la inflación al 150% y el dólar blue a 800 pesos.
La disgregación, la putrefacción del sistema revelan la descomposición que atraviesa el país.
Con este panorama, la renuncia de Martín Insaurralde debió ser rechazada por el gobernador Kicillof y echado como Jefe de Gabinete e incluso debió ser apartado de su candidatura en primer término a concejal por el municipio de Lomas de Zamora.
Habría sido una señal positiva en medio de la ciénaga bonaerense y la decadencia nacional. La corporación política está dispuesta a preservarse en toda ocasión, y es tiempo de ponerle límites.
El candidato a gobernador de la provincia de bs As de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti, actuó en ese sentido de preservación, en un reportaje de Eduardo Paladini por radio Rivadavia.”Prefiero no hablar de lo personal, de la vida privada, preguntado por el hecho Insaurralde. Se enfocó rápidamente en Kicillof;” se han apartado del pueblo, afirmó”. Funcional al deterioro y descrédito de la política.
¿Cómo que no se pueden abordar aspectos de la vida no pública de un funcionario público relevante? Serlo y parecerlo es norma para todo actor de la vida pública. Y más con sus actos o hechos explícitos. El recato, la prudencia, el cuidado extremo de sus actos por la delicada situación que atraviesan millones de compatriotas debe ser la norma. INDIGNA Y ES MERECEDOR DE REPUDIO EL VALE TODO DE LA CLASE DIRIGENTE, DE LA POLÍTICA EN GENERAL Y EN ESTE CASO PARTICULAR DE MARTÍN INSAURRALDE.
Es indispensable la memoria y la demanda de la ciudadanía. Es tiempo de no tolerar más tanta impudicia y falta de ética.
Fernando Díaz