En cada rincón del país el voto debe ser en defensa de la democracia, una reacción contra los que permanentemente deshonran y humillan la democracia republicana representativa. Los Insaurralde, Chocalates Rigau, los Baradel del mundo, por citar ínfimamente algunos ejemplos, abundan en el territorio nacional. Están desperdigados por cada rincón de la Patria.
Los ciudadanos hemos sido sometidos, vilipendiados, humillados durante largo tiempo por autócratas, ineptos, corruptos. Los han acompañado ingenuos, vivos, supuestos progresistas, ignorantes, en este largo derrotero de decadencia, daño y dolor.
Pretenden con subterfugios, mentiras, avivadas, menosprecios variados, seguir engañando a cientos de miles de argentinos y se esfuerzan para que los demócratas permanezcan(permanezcamos) temerosos, silentes y pasivos. Humillados nos quieren y necesitan.
El largo camino de la decadencia populista, degradadora del sistema democrático, ha concluído en el acompañamiento de las mafias, del juego institucionalizado, la tolerancia al delito, el enseñoreo del narco y el intento colonizador de la justicia. Ni mencionar los índices de pobreza, indigencia, la inflación incontenible y la desesperanza y abulia de tantos.
Hay una contradicción, una lucha entre ciudadanos democráticos y los autócratas que se han apoderado del poder y degradado el sistema democrático. Funcionales sólo a sus intereses personales y en consecuencia aliados a los poderes mafiosos.
Es indispensable un país naciente en oportunidades para todos, en un marco de estabilidad económica y justicia. Esta debe ser la normalidad y no la excepción.
Elijamos entre gente capacitada, probadamente honesta y con coraje para afrontar la ciclópea tarea por venir y los obstáculos, trampas y límites que los autoritarios corruptos van a interponer.
Es tiempo límite y decisorio de apostar por la democracia republicana y por demócratas puros.El país está en el peligroso tobogán que desciende a los peores infiernos, aún aquellos desconocidos.
Es la hora y el tiempo de los ciudadanos democráticos. Demos el presente con convicción.
Fernando Díaz