Política: Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.
Político: Dicho de una persona: Que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado.
Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.
Para Aristóteles y Platón en la vieja Atenas la política era arte del gobierno.
Cuando una persona se presta a incursionar en la actividad política, decide convertirse en un servidor público al servicio de la comunidad y los ciudadanos a los que representa.Puro y único trabajo y vocación de servir. Profesión noble y solidaria a tiempo completo.
La realidad ha colisionado a los ciudadanos con la definición ab initio de la política y la función y tarea de los políticos. Lamentablemente han subvertido numerosos políticos, la esencia y naturaleza propia de su actividad noble. La degradaron in extremis.
Los políticos electos o designados en los cargos más importantes y relevantes para administrar la cosa pública han degradado y traicionado la esencia y razón de su actividad y la confianza colectiva.
Previo a adentrarnos en el análisis del desvío del accionar de los políticos, es imprescindible diferenciarlos de los empleados públicos. Estos forman parte de la burocracia estatal que colabora en la puesta en marcha diaria del Estado. También sirven a los ciudadanos, porque su remuneración proviene de los impuestos que aquellos aportan. Los diferencia de los políticos su vocación. Un político ideal llega a la función pública para servir.
Un empleado público está en el Estado como trabajador que obtiene una remuneración para colaborar diariamente con el funcionamiento de la máquina estatal. No tiene ni se le debe exigir la vocación de los políticos.
Lamentablemente han conseguido prebendas indebidas como la estabilidad propia y también han crecido en número indebido y perjudicial para el interés colectivo y las finanzas públicas.Esto sin mencionar los famosos ñoquis, verdaderos delincuentes, que ha cambio de un mendrugo ofrecen su nombre para la recaudación de fondos espurios.
La calidad de prestación de su tarea oscila entre quienes lo hacen con responsabilidad y eficacia y aquellos indolentes y poco afectos al trabajo.
Hecha la disquisición, volvamos a lo central; La política y los políticos.
Con dolor y frustración la mayoría de los políticos han desvirtuado su función de servidores. DEMASIADOS DE ELLOS SE SIRVEN. Algunos lo hacen delinquiendo y corrompiendo la noble tarea que se suponía llevaban adelante.
Muchos otros se exceden en los atributos del cargo. La austeridad y el ejemplo que debían ser la norma y habitualidad, se han convertido en excepcionalidad.
Demasiados teléfonos celulares, autos con choferes a disposición, alfombra roja en los actos públicos y los protocolares, poca afección al trabajo con largas jornadas de trabajo, se han convertido en norma. Los oropeles y fastuosidades de los cargos prevalecen sobre el esfuerzo silencioso y anónimo que asegura tarea proba, eficaz y eficiente.
En la provincia de Mendoza, la Casa de Gobierno luce desolada por las tardes. Poco trabajo.
Nota aparte: en el Poder Judicial también escasean magistrados en horarios vespertinos.
No son dueños de lo público, sino esmerados y vocacionales funcionarios al servicio pleno de los demás. Numerosos parecen haberlo olvidado o directamente varios lo transgreden a voluntad.
Los servidores, esforzados, probos y eficaces son la excepción. Una mejor democracia republicana representativa, demanda y necesita mejor política y óptimos políticos al servicio del bien común. Es factible, eligiendo correctamente y controlando con espíritu cívico su accionar.
Buena política y políticos hacen a la esencia de la Democracia. Imposible desecharlos. Sí hay que descartar a los que deshonran la noble función.
Fernando Díaz