La Caja de Pandora que han sido las eleciones municipales, provinciales y nacionales alcanzó su cenit con las eleciones presidenciales. Las Paso y la primera vuelta nos depararon prácticamente una vuelta de campana. Del tercer lugar, Sergio Massa pasó al primero con una ventaja considerable sobre Javier Milei, vencedor en las Paso.
Consecuencia: a la segunda vuelta, el ministro de economía de la Nación y el diputado nacional libertario
Análisis previo indispensable: Juntos por el Cambio, el favorito hace un año, completó un proceso de torpezas, errores y confrontaciones inesperadas que lo derrumbó. A la luz de lo actuado y con visión retrospectiva, hubo también falla de analistas y de un sector de la ciudadanía poco perpicaz y ciego a las inhabilidades de los cambiemitas.
La alianza de la UCR y el Pro desde 2015 nunca tuvo una base de coincidencias ideológicas mínimas y suficientes paran darle coherencia sólida y sustentable. Primó la unión electoral contra el kirchnerismo y algunas ideas comunes, no lo suficientes en cantidad y solidez.
La UCR no pudo ofrecer un candidato presidencial, Elisa Carrió y la Coalción Cívica tampoco y su líder privilegió como en otras ocasiones colocar en puestos favorables a sus candidatos. Historia conocida. Pichetto y Espert aportaron criterio común y experiencia el primero y sus ideas liberales el economista, pero escasos votos.
El escenario principal quedó para los Pro, Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich. Seguros de que el ganador de la interna sería automáticamente el futuro presidente de la Nación, fue el principio del fin. La agresividad inusitada de la ex ministra de seguridad de la Nación Argentina fue un esmeril para el jefe de gobierno de la ciudad de Bs As y fundamental para la debacle posterior. Horacio, confiado, pero poco empático, se limitó a sumar nombres y a propuestas, varias interesantes, pero que la mayoría del pueblo prefirió no escuchar o considerar.
Victoria personal pírrica de Bullrich con la compañía de candidatos débiles. Néstor Grindetti, su candidato a gobernador de la provincia de Bs As y el más determinante por la importancia del distrito electoral, resultó poco carismático y falto de empatía. Contrapeso evidente. También sorprendió con su respuesta cuando fue consultado acerca del affaire Insaurralde.”No opino sobre la vida privada”, expresó. Letal contra él mismo y su espacio político frente al escándalo, evidentemente público.
Patricia candidata a presidente fue demasiado para Bullrich. Nunca estuvo a la altura ni encontró su rol de posible presidente, su campaña fue errática y deslucida y su participación en los debates pobre. Perdidosa, ciertas declaraciones sorprenden y alarman:”Puede que todo explote antes del 19 de noviembre”. Habría que avisarle que mucho ya ha explotado en el país. Más explosión sería mayor dolor, que ya es inmenso. Imprudente cuanto menos.
Cartón lleno para Juntos por el Cambio. Luego de la derrota y la movida de Mauricio Macri apoyando a Milei, la fractura no anunciada públicamente es evidente en la realidad. Game over.
Sergio Masa o Javier Milei, que dilema! En realidad ¿es dilema? Para Criterio no es dilema. Los dos son candidatos de poca envergadura para aspirar al máximo cargo y más en las condiciones reinantes.
Esto no significa que haya que ausentarse al cuarto oscuro o votar en blanco. Cada ciudadano en libertad y responsabilidad está en disposición de optar por quien prefiera o a quién considere menos perjudicial para el interés general e incluso votar por uno para impedir el triunfo del otro.
Alfonso Prat Gay se refirió a ambos calificándolos de “malísimos”. No se privó de definirlos. Buenos no son.
Analizando propuestas, acciones, dichos y hechos concretos de ambos postulantes el panorama es desalentador.
Sergio Massa es un cultor constante de definiciones contundentes y extremas que luego contradice sin reparo, vergüenza ni conflicto ético. Sólo recordaremos algunas altisonantes. De meter presa a Cristina y echar a los ñoquis de La Cámpora pasó a conformar el trípode fundacional del original Frente de de Todos, ideado por Ella y de establecer una alianza cercana a Máximo.
Definición como candidato presidencial;”Voy a ser el presidente que termine con la inflación”. Como ministro de Economía la duplicó y coquetea con hiperinflación. Aumentó pobres e indigentes, las reservas del Banco Central son negativas. La economía va a caer alrededor del 2,5% este año e implementó un grosero Plan Platita electoral, que le resultó muy favorable a su interés personal y una carga pesada más a la economía nacional. SIN PRURITOS NI LÍMITES ÉTICOS.
Perlita adicional: con medidas propias, como congelar el dólar oficial y no proveer los indispensables para importar, contribuyó a la falta de combustible. Como corresponde, la culpa es de las empresas petroleras, en el país de Vaca Muerta y con la producción de petróleo en alza considerable. Las amenazó con la prohibición de exportar petróleo. Falta nafta no petróleo, Sergio Massa.
”Miente, miente, que algo quedará”, constante lei motiv de su práctica habitual. Suficiente para el casi 37% de ciudadanos que lo acompañó con su voto.
Tampoco interesaron Insaurralde y Marbella y mucho menos el escándalo “Chocolate” Rigau, donde han sido imputados el apoderado del Frente Renovador de Sergio y concejal de La Plata, Facundo Albini y su padre Claudio por asociación ilícita y fraude en perjuicio de la administración pública. El monto defraudado llega hasta ahora a 800 millones de pesos. Muchos Chocolates o mucho tiempo en los cajeros automáticos.
Javier Milei, de León rugiente a Lassie, de Walt Disney como el mismo se definió. Salvo la libertad carajo y la desaparición del Banco Central, el resto aparece entre paréntesis.
Macri tiene una tarea compleja; domesticarlo, porque la casta ahora son algunos, la motosierra entró en boxes y los lenguaraces de turno, callados. No va más atacar al Papa, ni la posibilidad de negar la paternidad. Populismo de derecha menguado. Hay que clarificar que las tarifas del transporte público no van a costar 1.000 pesos, ni van a desaparecer la salud ni la educación pública.
Hacen falta fiscales por carencia de estructura y generar confianza de que controla sus emociones e impulsos constantes.
La ciudadanía está en un dilema al que la han llevado los candidatos y la política en general. Encarcelados sin haber cometido delito alguno. En un intríngulis donde no hay adversarios sino enemigos,y en el que todo se descalifica.
Massa es un ilusionista sin ningún límite y Milei un dogmático extremista. Imposición desde dos puntas y en un contexto de caída y decadencia continua del país, sin que la política haya podido construir consensos sobre cuestiones fundamentales básicas.
El pueblo argentino está llamado a superar esta instancia de inmensa complejidad. Pueda que esté a la altura de la dificultad. De no suceder, habrá que encomendarse a quién o a lo que sea.