Como irrumpió en la política nacional, estentóreamente, arremetiendo contra “toda la casta política”, derribando todo tipo de formalidades y costumbres vernáculas y al grito de “Viva la libertad carajo”, el presidente Javier Milei comenzó su gestión.
Dato no obviable: totalmente diferente es ser candidato a asumir la presidencia. Otra es la cancha donde se juega el partido y los jugadores son “profesionales”, con vasta experiencia e intereses en el juego. No la hacen fácil y por la escasa representación de legisladores propios, el presidente juega de visitante prácticamente todos los partidos.
Sin tener en cuenta nada de lo descripto, con velocidad propuso un mega DNU de inmensa vastedad desregulador de la economía que pretende modificar o derogar 366 leyes y un paquete de leyes a debatir en sesiones extraordinarias, con más de 600 artículos modificatorios de alrededor de 20 leyes y que el propio presidente señaló que contiene “dos tercios de sus propuestas de reforma”.
Insoslayable: en el paquete de leyes, lo más llamativo y preocupante, según sus críticos, es su solicitud de declarar la emergencia pública en materia económica,financiera,fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social hasta el 31 de diciembre de 2025. Por dos años. Prorrogable por el Poder Ejecutivo por un plazo máximo de 2(dos) años.
De suma del poder público fue definida por numerosos actores de la vida pública, económica jurídica y social.
Cuadro de situación:
1) nadie puede ignorar el desastre que atraviesa el país. Desastre que conlleva una catástrofe en el ámbito económico, social y de convivencia. Son largos años de decadencia y profundización de crisis recurrentes.
La última gestión de Alberto Fernández y sobre manera los últimos 16 meses con Sergio Massa en la práctica al frente de toda la gestión, agravaron in extremis todos los males. Ineficacia, ineficiencia, improvisación, trabas de todo tipo y una amplia sensación de corrupción prevalente, terminaron en un triunfo concluyente en el ballotage de Javier Milei.
2) los más de 70 años de historia de fracasos y tropiezos no son obviables con facilidad y han dejado su impronta fuertemente en diversos sectores de la sociedad.
Intereses corporativos, prebendas y ventajas sectoriales, proteccionismo extremo, burocracia asfixiante, manipulación y fraude electoral, sobreabundancia de Estado en todos los sectores y aspectos de la vida con casi nula eficiencia, vida permanente con alta inflación y con períodos hiperinflacionarios, más una corrupción enquistada en profundidad, son algunos aspectos del diario y sufrido vivir de los argentinos.
3) Obvia necesidad de cambio, muy difícil por naturaleza y por lo descripto anteriormente, inserto en una tormenta turbulenta, atento los intereses”tocados” y el camino elegido. Destino incierto para un cambio necesario.
Más República democrática, más libertad, menos regulaciones, menos intervencionismo de un Estado inútil, más transparencia, más políticos comprometidos con el bien común, Justicia independiente y no sumisa, privilegiada o cómoda, ciudadanos empoderados y responsables, reformas que destraben la economía y alienten la inversión, lucha con éxito contra la elevada inflación enquistada, son algunas de las necesidades obvias y urgentes para comenzar la reconstrucción, que demandará su tiempo.
Milei no parece haber tenido en cuenta todo lo necesario y legal para emprender su cambio.
4) con rapidez la CGT, ATE, otros actores colectivos e incluso constitucionalistas, recurrieron a la Justicia. El juez en lo contencioso administrativo federal Enrique Lavié Pico tomó dos medidas de alto impacto negativo para el gobierno.
En primera instancia habilitó la feria judicial de enero para tramitar los amparos que reclaman la inconstitucionalidad de todo el DNU.
En segundo lugar determinó que el fuero laboral sea el que tramite el amparo que presentó la CGT para frenar las reformas impulsadas.
Todo queda abierto y en contra de los deseos del Gobierno. Diversas jurisdicciones y apelaciones en Cámaras concluirán indefectiblemente en la Suprema Corte.
¿ Existirá plan B en caso de respuesta negativa de la Justicia?
5) Milei incluyó innecesariamente propuestas y medidas superfluas, inconducentes en su proyecto de ley, junto a medidas de fondo discutibles en cuanto a su constitucionalidad. Inocuo jueces con toga, autorización para reunión de más de tres personas en plazas o espacios públicos. Sandeces.
Peligroso la suma del poder público.¿ Facultades por emergencia pública durante los cuatro años de su mandato? ¿Congreso disminuído?
Propuestas necesarias, de calidad, innovadoras e indispensables para empezar la gesta reconstructiva, se ven en peligro por propia torpeza o ambición desmedida, más el aporte negativo de los “de siempre”.
Burócratas sindicalistas eternos y millonarios que representan preferentemente sus intereses, más corporaciones de diversa índole subsistentes al amparo del Estado Leviatán inútil , agregada a una corrupción inmensa, sumados a progresistas de salón y jueces a medida, encontraron lugar para neutralizar y poner en peligro las necesarias e indispensables reformas, sumados los errores o excesos propios de Milei y su escaso equipo.
6) En paralelo, en el Senado, los peronistas y sus aliados encubiertos a todo tiempo, ponían freno a un medio proyecto ya aprobado en Diputados y de obvia necesidad e importancia. La ley de Boleta Única. Indispensable para evitar el fraude electoral, al que se es tan afecto y sobretodo en el Conurbano bonaerense y para evitar un gasto innecesario en millones de boletas de papel. Mejora de transparencia institucional indudable. Puesto en duda por inefables peronistas expresos o encubiertos.
Hay que frenar, impedir o bloquear todo intento de cambio favorable al interés general. La batalla es y será dura.
Es indispensable encontrar el camino legal y viable para implementar la voluntad de cambio legitimada hace un mes por la voluntad popular. Sin atajos ilegales, excesos ni nimiedades, pero en la certeza de su necesidad, urgencia perentoria y adhesión mayoritaria.
Hay que impedir el triunfo de los de siempre, que van a apelar a todos los medios, lícitos o ilícitos, para seguir gozando de sus privilegios, imponiendo sus dogmas y profundizando el desastre.
La Argentina y los millones de ciudadanos que se pronunciaron libremente por otro modelo de vida se lo merecen. Esperanza: después de la tormenta siempre aparece la calma. Que así sea, para los ciudadanos libres, responsables y amantes de la democracia republicana.