Es la esencia de la democracia republicana representativa. El debate, la controversia de ideas, el tira y afloje, el aporte de valor, en pos de la búsqueda de la mejor solución para el interés colectivo y el bien común.
Es cierto también que se debe tener presente y con preponderancia el rumbo propuesto por el presidente elegido por la voluntad popular. El pueblo, depositario del poder en los países democráticos, delega el mismo en sus representantes electos. Mandatarios, no deben defraudar ni desviar los deseos expresados por los ciudadanos mandantes en el ejercicio de sus funciones.
La realidad actual nacional agrega un dato y una necesidad adicionales, la escasa representación legislativa del presidente Milei.
Esta situación incrementa la demanda de calidad a la natural necesidad de diálogo y consenso. Más responsabilidad, compromiso y muñeca política, indispensables.
En el arduo proceso del trámite en Diputados de la ley ómnibus se vivieron las dos caras de la moneda. La negativa por la impericia e inexperiencia de muchos legisladores, con conductas en casos chapuceras, pese a la trascendencia del momento, de lo que se trataba y el estado del país y por la intransigencia de muchos otros, aferrados y subordinados a su dogma, reactivos a toda posibilidad de arreglo y negacionistas inexplicablemente a la catástrofe nacional.
Se suman a esta negatividad algunas actitudes del mismo presidente y de algún funcionario de su íntima confianza, que son muy escasos, con términos duros, aparentemente intransigentes e incluso amenazantes, sin sentido y sin que aportaran nada positivo. Por el contrario intemperancia y mala voluntad.
La positiva por la labor ardua, pragmática y esforzada de otros que posibilitaron que la ley ómnibus, luego de numerosas declinaciones, retiros de artículos y cambios fuera aprobada en general.
Resta el tratamiento en particular artículo por artículo. Se avizora arduo.
Dentro de lo positivo se pueden remarcar en particular, la tarea de Miguel Ángel Pichetto, Cristian Ritondo y algunos más, que con su experiencia y sapiencia política aleccionaron y encarrilaron la discusión en el recinto, pese a las variadas torpezas, obstáculos increíbles y trapisondas de otros “representantes del pueblo”.
También es muy destacable un reportaje que brindó Emilio Monzó al diario La Nación. Un verdadero manual de enseñanza de como debe llevarse adelante la relación entre Poder Ejecutivo y el Legislativo, más cuando la relación de fuerzas es equilibrada y voluble y se tratan temas de alta significación. Palabras prudentes y aleccionadoras. Muy importantes para lo que comienza mañana.
De importancia a considerar: en este marco de necesario diálogo y debate para conseguir acuerdos se debe tener memoria y prudencia.
Recordar la gestión de Mauricio Macri es indispensable y en eso también se debe mencionar a Rogelio Frigerio, como ministro del Interior y al mismo Emilio Monzó como presidente de la Cámara de Diputados.
Ambos fueron actores y artífices principales, sobre todo en el primer año, de los acuerdos con gobernadores y legisladores peronistas opositores mayoritarios, para conseguir gobernabilidad y llevar adelante sus ideas.
En este trámite llevaron adelante numerosos acuerdos, pero con el tiempo quedó en evidencia que cedieron en demasía.
Cuando la realidad demandaba cierto nivel de reciprocidad, por las dificultades reinantes, los favorecidos de antaño, “brillaron por su ausencia”. Habitual en la mayoría de esos gobernadores y legisladores. Intransigentes, oportunistas siempre a su favor y con su habitual deslealtad. Incluso, favorecedores de la terminación temprana del gobierno de Juntos por el Cambio. Amantes del helicóptero.
No se debe olvidar ni no tener en cuenta esa conducta mencionada.
Obviamente es esencial y más importante el diálogo, la búsqueda de consensos y acuerdos para conseguir lo mejor y apropiado en pos del interés general. No se puede cesar ni desfallecer en ese objetivo.
Tampoco se debe ser ingenuos y repetir debilidades del pasado. Hay quienes negocian privilegiando sólo su interés individual, partidario y sus dogmas. Obtenido lo deseado, luego serán incólumes a toda necesidad colectiva e indispensable, si ningún prurito ni conciencia. La historia es testigo. A estar atentos.