Se venía esbozando años antes, pero alrededor de 1945 comenzó a profundizarse y concretarse en la realidad. Un Estado omnipresente, guía, señor y factotum esencial y único en la vida de los ciudadanos. Un inmenso aparato burocrático del que dependen todos los ciudadanos argentinos y con mayor injerencia y supremacía con el paso del tiempo.
Hubo escasos, cortos y frustrados períodos temporales con la intención de apartarse de este modelo de Estado Leviatán. Todos abortados por golpes militares o por el populismo autoritario.
El largo camino nos fue llevando al desastre y la catástrofe en que se encuentra el país en la actualidad.
Con un detalle adicional que agrega incomprensión, desesperanza y mayor incertidumbre al desatino y a las desventuras de tantos años; corrupción que invadió todos los intersticios de la vida pública y social nacional.
Combo destructor implacable; Estado inmenso inútil, degradación institucional, caída económica y social continua, todo bañado e inundado por una gran corrupción reinante y rampante.
Y arribó el Loco. Así lo mencionan algunos opositores, detractores y analistas políticos.El Loco es el reciente electo presidente Javier Milei por el 56% de los argentinos.
El anarco liberal, como él mismo se definió en reiteradas oportunidades con contundencia y sin mentir ni ahorrar ni evadir términos, puso el foco en un concepto esencial; combatir y derrotar la inflación que ha devorado el país. Para ello puso foco y energía inmediata en lograr rápidamente déficit cero, a toda costa y sin reparar en medios ni formas. Debe dejar el anarco y centrarse exclusivamente en el liberal.
El objetivo es sano e indispensable, el camino luce excesivo, imprudente y falto de tacto político. Pone en peligro lo que nadie abordó con tanta convicción y seguridad, pero pone en riesgo por un camino de confrontación innecesario, de agravios extremos y peleas inconducentes.
Vale agregar un concepto, en el que varios parecen no poner foco o lo evaden intencionadamente: la política nacional y sus actores, aún aquellos que aparecen bien intencionados, están contaminados algunos intencionadamente y otros por las circunstancias generales que los superan, de los vicios que nos llevaron a la tragedia actual. Realidad real insoslayable.
Ante esto hay que abordar el camino correcto, sin ceder un ápice en lo indispensable, pero considerando la realidad real, sin excesos , agravios ni confrontación exagerada e inconducente, menos con aquellos que quieren o no se oponen al camino indubitable. Ya sobra con el kirchnerismo, los gobernadores feudales y la izquierda que se va a oponer a todo intento del nuevo gobierno, aún cuando este sea el necesario e indispensable.
El Loco puso todo patas para arriba y desconcertó a la política en general. Pero en este desconcierto, que tiene algo de positivo ante la habitualidad anterior equivocada y paralizante, con intolerancia imprudente, innecesaria y amenazante, pone en riesgo algo que el país necesita con la urgencia de un enfermo en estado terminal.
La idea en sentido debido y necesario se pone en peligro por términos y actitudes confrontativas donde predominan la agresión y confrontación por encima de la construcción de la política de acuerdo y diálogo, único camino posible dentro de la República Democrática.
Las provincias deben hacer el mismo esfuerzo y recorrer el camino iniciado por el gobierno nacional. Hay que sanear las cuentas y finanzas indubitablemente y con la máxima velocidad y sapiencia. Esto debe suceder también inexorablemente. Muchos gobernadores amigables lo están haciendo. Se puede debatir con ellos y hasta solicitarles más intensidad, pero es equivocado y hasta ingenuo, combatirlos, defenestrarlos y ridiculizarlos públicamente. Es pegarse un tiro en el pie.
Frente a esta realidad, el gobierno que eligió el camimo debido y lo anunció previamente,con claridad y sin engañar, lo debe hacer sin romper todos los puentes, sin agravios o ataques innecesarios, respetando la ley y construyendo acuerdos con gobernadores y con el apoyo de congresales. No hay que apartarse de lo que hay que hacer y que en si mismo es de alta complejidad y muy doloroso.
El ataque a todos debilita y arriesga el camino de la reconstrucción.
Pone en riesgo el destino necesario, con descalificaciones airadas y medidas confrontativas, atacando hasta aquellos que lucían amigables.
Debe necesariamente corregir el rumbo. Sus ideas, intenciones y rumbo general son correctos. Muchas de sus acciones, sus likes a fanáticos y troles y sus peleas contra “ casi todos; aún con aquellos que pueden o desean colaborar”, son torpes e inconducentes.
No se puede gobernar contra todos. El Loco, que no lo es en sus ideas de plantear una economía racional , sin déficit ni prebendas, asentada en la productividad y la inversión, sin el peso de un estado inútil y en libertad y respeto a la propiedad privada, debe apartarse rápidamente de “las locuras confrontativas”contra casi todos.
El país requiere de sangre, sudor y lágrimas. Javier Milei no le debe agregar mayores calamidades. No se van a aguantar y la consecuencia de ello serán más dolor y sufrimiento, que ya son inmensos.