Ponemos el foco en el fútbol juvenil, porque a lo largo y ancho de la provincia gran cantidad de niños y jóvenes a diario practican y entrenan con entusiasmo para convertirse en el futuro en jugadores profesionales.
Sueños de porvenir de éxito deportivo y también de mejora o prosperidad económica.
Acompañan familiares, muchos con esfuerzo y sacrificio importantes, en pos de la satisfacción y alegría de sus hijos y nietos y también demasiados, expectantes en la mejora económica si los chicos logran su propósito.
El camino de por si es arduo y dificultoso, mucho más en nuestra provincia. A las permanentes y graves dificultades económicas que atraviesa el país y que condicionan y limitan el desarrollo y crecimiento de los clubes, al punto que varios parecen detenidos en el tiempo, se le suman las mayores exigencias en infraestructura, control médico, preparación física de la actualidad y los viajes por el país a los equipos que compiten en torneos de la AFA.
PUNTO ESPECIAL: lo económico incide de tal manera, que los equipos mendocinos de la Primera Nacional, ven limitada su competencia. Los clubes similares de Capital y zona LItoral y Norte e incluso Sur del país no pueden hacer traslados largos por su costo, por lo que para completar una cantidad lógica de equipos, se invitan a clubes de San Luis, de Córdoba e incluso mendocinos, que no forman parte de la Primera Nacional.
Los jóvenes jugadores se privan de competir con Colón, Ferrocarril Oeste, Aldosivi, Patronato, Quilmes, All Boys, por citar algunos. Lo podrán hacer si clasifican en los primeros puestos, luego en un sistema de play off. Prevalece la carencia de recursos.
Cuerpo técnico e instalaciones: las remuneraciones que reciben entrenadores y preparadores físicos son exiguas en la mayoría de los casos, por lo que numerosos tienen una agenda de trabajo recargada para llegar a cifras justas o dignas. Lo más grave es que los más capaces se convierten en coaches individuales de jugadores de primera o de jóvenes con posibilidad de abonar sus honorarios, apartándose de la conducción de equipos. Menor calidad de entrenadores.
Las Instalaciones donde chicos y chicas se entrenan a diario y compiten los fines de semana dejan mucho que desear. Vestuarios precarios, con ausencia de agua caliente para ducharse, más campos de juego en estado deficiente, conspiran contra la calidad de las prácticas y los partidos e impiden que se higienicen debidamente luego del esfuerzo físico desplegado.
La excepción y no la generalidad son los campos de juego en buen estado. Difícil controlar el balón, practicar buenos pases y asistencias para gol. Menor calidad de aprendizaje y de juego.
Presión de familiares a entrenadores y árbitros: el deseo y el amor de padres y familiares y también las expectativas de éxito, hacen que papás presionen sobre entrenadores para que sus hijos jueguen a lo que de lugar, estén en condiciones o no. Sobre los árbitros se exterioriza con gritos y reclamos constantes por su actuación. Se ha llegado al extremo de agresiones físicas violentas, como en el caso del club Atlético Palmira. Cosa de todos los días las expresiones destempladas.
Ausencia dirigencial: es una excepción la presencia de dirigentes en los juegos de niños, adolescentes y jóvenes. Aún en partidos finales de campeonato, en ciertos clubes, los dirigentes brillan por su ausencia. Difícil de entender. Allí está el futuro y también el patrimonio incrementado en adelante.
Pago por jugar: Como un agravante, los jóvenes pagan por jugar. Al club, la cuota mensual, a la Liga el derecho anual, la ropa oficial para entrenarse o vestirse. Los que viajan por el país y tienen recursos, en algunos clubes aportan con el 50% del valor estimado de su traslado. Todo costo a cargo de los familiares.
Esfuerzo por jugar: cuando hay partido fuera de la provincia, tres equipos viajan juntos en el mismo ómnibus. Para jugar el día sábado parten habitualmente a medianche del viernes. Duermen en el bus.El primer partido comienza a las 9:00 AM. Sin explicación. Godoy Cruz es una excepción. Viajan sus jugadores el día jueves. Más recursos, mejor calidad dirigencial, mayor cantidad de jugadores y de niños y jóvenes que aspiran a integrar sus equipos.
Un testimonio individual del resultado que conllevan todas las debilidades señaladas, es la perfomance de los equipos mendocinos, en éste caso categoría año 2010, en el torneo de Primera Nacional. Los cinco primeros lugares son ocupados por equipos de San Luis, San Juan, Río Cuarto y el interior de la provincia de Córdoba. Los mendocinos del medio para abajo.
En otras categorías hay mejores desempeños, pero la mayoría no sobresale.
Las desventuras que sufren todos y las falencias propias, impactan más en Mendoza. Tarea a revertir por los que están a cargo. No debe haber demoras.