Ante la evidencia de estar en presencia de un fraude explícito e imposible de ocultar, transcurridos los dos primeros días posteriores al sufragio en Venezuela y sin que aparecieran las actas oficiales del escrutinio, pese a que el mismo domingo Maduro se había proclamado vencedor, los líderes de países socios ideológicos del sistema se encontraban con un dilema.
Resultaba tan evidente la mentira oficial de la dictadura bolivariana que era inconducente reconocer oficialmente la trampa. El problema se le agravó a Lula, Petro y López Obrador cuando María Corina Machado mostró más del 70% de las copias oficiales de las actas que les daba un triunfo con más del 60% de los votos escrutados. Problema de compleja solución.
Maduro prometió entregar actas que nunca pudo mostrar. Comenzó un proceso brutal de represión que al día de hoy refleja la atrocidad de alrededor de 20 muertes y más de 2.000 detenciones de venezolanos que son torturados y violentados.
Desde la clandestinidad María Corina y sus colaboradores siguen militando la victoria pese a la represión y el repliegue popular y Maduro, ante la evidencia de la trampa, por primera vez no puede sostener en tranquilidad su dictadura, ahora sin tapujos ni máscaras. Statu quo difícil.
Datos a tener en cuenta:
1) Ayer en conferencia de prensa con periodistas de Chile y Argentina, María Corina brindó un dato espeluznante. Anunció un aumento del 700% en la salida de venezolanos hacia Brasil en los últimos días. De 50 diarios a 350. Pronosticó, en caso de que la dictadura siga en el poder una salida futura de entre 3 y 4 millones de compatriotas. Estaríamos en presencia de la mayor migración conocida mundialmente, sumando los 4 millones ya en el exterior.
2) El 14 de agosto Maduro recibía las cartas credenciales del nuevo nuncio apostólico del Vaticano. El papa Francisco, en medio de la trampa y la represión violenta, con muertes, torturas y persecución indiscriminada, enviaba su representante oficial.
Situación actual: ante el revés sufrido por los líderes progresistas cercanos al dictador( Cristina incluida) debido a que las actas prometidas nunca aparecieron, se plantearon negociaciones, en principio reservadas, para dar solución posible al intríngulis.
EEUU avanzó en una propuesta centrada en brindarle inmunidad a Maduro y sus principales cómplices para facilitar el reconocimiento de su derrota, el abandono del poder y su traslado fuera de Venezuela.
Brasil, Méjico y Colombia proponen la realización de nuevas elecciones.
Ambas propuestas han sufrido contratiempos: EEUU y Lula imprudentemente las hicieron públicas. Una cuestión negociadora tan delicada requiere absoluta reserva, tanto prospere como se frustre.
Maduro habría rechazado el ofrecimiento de EEUU y Machado se negó claramente a un nuevo acto eleccionario. “Sería defraudar la voluntad del pueblo que se expresó y con contundencia”, afirmó.
Lula en declaraciones públicas insiste conque Maduro presente las actas. Totalmente improcedente por el tiempo transcurrido.Sería una farsa más de la estafa electoral realizada.¿ Que pretende realmente Lula. Avalar con una formalidad ilegítima el fraude?
No obstante las negociaciones continúan porque en esta oportunidad la situación es diferente a otras elecciones venezolanas y el mundo no aparece distante. El progresismo que acompañó siempre al régimen no puede avalar un fraude a todas luces perpetrado. Sólo los países totalitarios aceptaron la trampa.
EEUU y el mundo libre, se esfuerzan por encontrar una salida, incluso la mencionada de ofrecer garantías de inmunidad a los autócratas del país caribeño, rechazada en principio. María Corina acompaña con prudencia esta postura, para que el presidente electo asuma el poder y se de inicio a la urgente labor reconstructiva.
El panorama es muy difícil y la posibilidad de que el dictador y el régimen, ya a cara descubierta, sigan entronizados en el poder, con represión violenta, falta de respeto a los derechos humanos y la firme intención de perpetuarse.
La voluntad del mundo democrático no debe cejar en encontrar una solución. El sufrimiento del pueblo venezolano demanda no dejarlos en manos de represores autoritarios corruptos, violentos y hasta asesinos, ni desentenderse del problema.
Es un compromiso por la verdad, la democracia, la justicia, los derechos humanos y la vida misma.