Varios se sienten señores feudales que pueden perpetuarse o permanecer el tiempo que quieran en el poder. También algunos acentúan sus rasgos autoritarios y acomodaron a su placer las Constituciones provinciales.
Gildo Insfrán el gobernador de Formosa es el más longevo en el cargo y quien ha convertido en clientes a muchísimos de sus comprovincianos. Ahora no está tan seguro en permanecer en el cargo, porque hay una demanda incoada en la Corte tratando de impedir una nueva reelección.
A Sergio Uñac, actual gobernador de San Juan, la Suprema Corte acaba de prohibirle la posibilidad de un nuevo acceso al cargo. Manzur de Tucumán resignó su posibilidad hace tiempo, evitando un muy probable fallo en contra.
La Suprema Corte con su sentencia puso límites a los abusos intentados. Periodicidad en los cargos y alternancia en el poder son los atributos de la República. La Corte lo reafirma.
Deben terminarse, para salud de la República y los ciudadanos convertidos en clientes cautivos e indignos, la perpetuación a toda costa en los cargos de primer mandatario provincial. Los Insfrán, Zamora, Manzur, Uñac tienen que ser lo últimos barones todopoderosos que se eternizan o pretenden hacerlo en el poder.
El caso de Insfrán es un ejemplo patético de poder prolongado. Vicegobernador durante 8 años, ejerce el cargo de gobernador desde 1995. Veintiséis (26) años consecutivos en el poder y va por más. Mientras tanto en Formosa el empleo público abarca alrededor del 60% de los ciudadanos que trabajan. Difícil liberarse del yugo estatal. Son pocos aquellos que tienen el coraje de ejercer su libertad , pese a la dependencia. La gran mayoría son clientes cautivos indignos.
Lo de la provincia de San Juan tiene ribetes diferentes y hasta caricaturescos. Por la disputa interna entre Sergio Uñac, actual gobernador y José Luis Gioja, que pretendía volver al cargo, luego de haber sido gobernador por tres períodos, el enfrentamiento fue insólito. Gioja una vez suspendidas las elecciones por la medida cautelar dictada por la Suprema Corte, se quejaba de la decisión, criticando al máximo órgano judicial y a su vez lo avalaba declarando que “ le habían advertido a Uñac de la transgresión a la ley al presentar su candidatura”. Una contradicción evidente. Todo valga para castigar a la Corte y a su vez compartir a priori el fallo a emitirse en ese sentido. Todo vale con tal de acceder a la candidatura.
Todo lo apuntado es una cruda semblanza de un país herido en sus instituciones y devastado en su economía.
Bienvenido el fallo de la Suprema Corte de la Nación. Va poniendo institucionalidad republicana en provincias donde la República es pisoteada y maltratada por este remedo local de la época feudal medieval.