Las cartas están jugadas y el resultado previsible, aunque con dudas y expectativas acerca de los porcentajes. Y esto genera nervios en algunos actores.
Cambia Mendoza va a sumar entre sus dos candidatos la mayoría de votos, con Alfredo Cornejo a la cabeza. Si embargo, Cornejo no está satisfecho, por el contrario, malhumorado y nervioso. Su techo de votos «no es alto». Eso lo incomoda sobremanera. Y otro detalle: espera que De Marchi no llegue o supere el 15%. Eso sería una complicación para la elección final.
La Unión Mendocina tiene expectativas en grande. Salvo los más prudentes, muchos hablan con esperanza y cierta seguridad del 20% de votos en estas PASO y con expectativas de más adhesión aún. ¿Arriesgado, exceso de optimismo, cierto grado de desparpajo? A las 22:00 horas del domingo se sabrá.
El peronismo suscita los mayores interrogantes. La hegemonía de los últimos años de La Cámpora con el liderazgo férreo de Anabel Fenández y la aceptación resignada y timorata de los peronistas tradicionales, hicieron que su protagonismo y adhesión popular fuera descendiendo continuamente. El mayor interrogante es si esta puede ser una elección pobre del justicialismo. Para colmo, los candidatos a gobernador no suscitan mayores esperanzas ni confianza. Atentos, muy atentos.
El Partido Verde arrancó desde temprano muy abajo. Difícil que iguale el 10% de la última elección. Demasiado dogmatismo en algunos de sus postulados. «Es esto o nada». No para esta época.
La izquierda no parece levantar la puntería par llegar a los niveles de sus mejores elecciones.
¿Se volverá a tres fuerzas sumando la mayor cantidad de votos? ¿Será De Marchi y la Unión Mendocina la sorpresa, a tan poco tiempo de aparecer? ¿El peronismo profundizará su caída o seguirá contando con la adhesión de ese 25/30 fiel y consolidado? Alfredo Cornejo llegará al 40%. Lindos interrogantes que quedarán zanjados el próximo domingo. Otro aspecto importante y único de la democracia representativa. Hay que cuidarla y valorarla.