Hace 20 años aproximadamente, las bandas narcos, especialmente la de Los Monos liderada por la familia Cantero, comenzaron su tarea ilícita, que tanto daño provoca en el cuerpo social. El padre , Claudio Cantero,” el Pájaro”, cartonero en sus orígenes, inició una travesía de narcotráfico, violencia y venganzas sin antecedentes conocidos. El 26 de mayo de 2013, el Pájaro fue asesinado en la puerta de un boliche en Gobernador Galvez.
La jefatura la asumió su hijo, “ Guille” Canteros que inició una saga de venganzas, con múltiples asesinatos. Hoy está preso en el complejo penitenciario de Marcos Paz cumpliendo una condena de 96 años , por acumulación de 8 juicios.
Varios referentes de la familia y la banda también fueron asesinados o encarcelados y desde entonces, con sus cabecillas presos o muertos, mutó de una organización criminal a una estructura celular más amplia.
Ahora Los Monos y las otras bandas han ampliado el negocio y se han expandido geográficamente.
Venta de drogas, “protección”con pago obligatorio y secuestros extorsivos son el abanico de actividades delictuales que llevan adelante. La esposa del Pájaro y madre de Guille tiene su “negocio” particular. A su mando se usurparon más de 90 inmuebles, cuyo alquiler aprovecha Celestina”la Cele” Contreras, ahora administrado desde la prisión, ya que también cayó detenida. También la banda otorga” franquicias”, ampliando el mundo criminal y controlándolo férreamente por sicarios propios, guardianes de los intereses del líder.
Han ampliado el negocio del crimen. Se acercan a un negocio, a cualquier Pyme y le exigen una suma de dinero, hasta semanal según la actividad, para brindarles protección. Extorsión pura, que si no es aceptada o bien cumplida se salda a los tiros y muertes. Varios ciudadanos rosarinos han cerrado sus negocios y abandonado Rosario por la violencia sufrida. Exigen con rigurosidad extrema el diezmo coactivo. Si no se paga, balas amenazadoras por una vez y luego la muerte.
Para desplegar tamaño raid delictivo han contado con la complicidad de miembros de la Policía provincial, integrantes de la Justicia, y la ineficacia gubernamental en el control y represión.
Los millones recaudados semanalmente son convertidos en cuevas financieras a dólares y luego viene el proceso de lavado.
Establecieron, en su expansión, vínculos con bandas del Gran Buenos Aires, necesarias ahora para depositar a resguardo la droga, que reciben principalmente desde Paraguay, por vía hídrica. Hay más control desde el arribo de Gendarmería y son más confiables los delincuentes depositarios de la provincia de Bs As. Aparte de guardianes, los narcos del Conurbano también comercializan la droga en sociedad con Los Monos.
Aportan millones también los secuestros extorsivos. Muchos no se denuncian y los pagos se realizan en silencio y lo antes posible.
La vieja generación de la banda cambió su modo de delinquir y su estructura, por la muerte y detención de los más veteranos. Sus reemplazantes son más jovenes y violentos.
Hoy el negocio se estructuró en distintas fracciones y actividades y amplió la geografía de su acción delictiva. Rosario y sus alrededores fue el inicio. Hoy hay que poner atención en el Gran Bs As, Entre Ríos y Tucumán. Daño, dolor y peligro crecientes. El narco violento se diversifica y expande.