Es habitual cuando se producen las primeras nevadas intensas. Se bloquea el tránsito cordillerano e impide el paso de camiones en el diario e intenso intercambio comercial.
La consecuencia negativa es siempre la misma; aglomeración de muchísimos camiones en la alta montaña en condiciones de vida y permanencia de extrema precariedad.
Es la consecuencia inevitable de la falta de ideas, infraestructura, trabajo conjunto coordinado, falencia nunca abordada ni resuelta y de la escasez de fondos necesarios e indispensables.
La historia de nunca acabar; impericia de las diversas gestiones en afrontar soluciones posibles y duraderas,
La imposibilidad de abordar soluciones conjuntas entre Chile y Argentina, que podrían facilitar trámites burocráticos, agilizando el tránsito es inexplicable. Con esta simple gestión administrativa se aceleraría el paso de numerosos vehículos, antes de la interrupción del tránsito por imposibilidad climática.
Obras viales y de infraestructura conjuntas, también colaborarían en mejorar la situación compleja y difícil por si misma. Tránsito más seguro y sin tanta imposibilidad de paso, que lo tornan lento y demoran el viaje, disminuye la cantidad diaria de cruce cuando las condiciones climáticas lo dificultan.
Y el tema central y básico: la escasez de fondos en la Argentina para mejorar la infraestructura vial y también para proveer condiciones de vivienda, higiene y alimentos dignos y apropiados para los numerosos camioneros que quedan varados en alta montaña, por las tormentas invernales.
Las autoridades en general, año a año repiten la monserga remanida: describen la situación, hacen promesas nunca cumplidas, abundan en excusas y trabajan poco y no con eficacia ni eficiencia.
El periodismo en general critica, consulta a expertos y abunda en palabras comunes.
O no es advertido, o se lo omite por desconocimiento o falta de foco correcto: el país y la provincia son pobres. Sin recursos económicos no se pueden abordar soluciones factibles y que provean respuestas exitosas a problemas constantes y conocidos.
Es la consecuencia dolorosa de la crítica e irresuelta situación económica general.
Somos un país pobre, de dirigentes públicos y privados ineficaces y de ciudadanos resignados, permisivos e indiferentes.
Consecuencia inevitable, fracaso continuado y frustración colectiva.Argentina de los últimos años.