Durante muchísimos años nos han repiqueteado con palabras como Estado grande, Mucho estado, Estado para todos, llevando a la situación actual de un Estado inmenso que no aporta casi nada al bien e interés colectivo. Obviamente hace falta un ESTADO, pero apostamos con convicción y esperanza a un Estado útil, eficaz y eficiente.
Reunidos para discutir ideas y nutrirse de información, adentrándose en la última semana previa a las cruciales elecciones presidenciales, Belén le comentó a Fernando las desventuras que llevaba desde el 3 de octubre con Correo Argentino.
Belén Sanchez: Fernando, soy sufrida ciudadana del ineficaz Correo Argentino. Recordás el slogan ya abandonado “La patria sos vos.Vamos a defenderla”. Bien, obviamente no soy la patria y no me defendieron.
Fernando Díaz: estás muy enojada y con cara de frustración.
Belén: te cuento: tuve la peregrina idea de comprar unas cremas en el exterior. Tardo como 4 meses en llegar el envío al país. Arribado, se puso en marcha el modelo perfecto de ineficacia de una empresa estatal.
Recibí una carta de Correo Argentino indicando que había una mercadería en su poder y a mi nombre.
Para recibir la encomienda debía llenar un formulario, declarar el contenido de lo comprado Y HACER UN PAGO ENTRANDO EN LA PÁGINA e PAGO CORREO ARGENTINO. La página para cumplir con lo requerido en la carta, exigía crear un usuario con contraseña y completar numerosos datos, con número de trámite del DNI. Completado lo solicitado, aparecía una leyenda de que en breve recibiría un mail con la confirmación de la cuenta. Durante la semana revisé en mumerosas oportunidades, sin suerte, mi bandeja de entrada e incluso el Correo no deseado.
No recibí la devolución del Correo a mi mail y contraseña. En una semana reintenté en 3 oportunidades. Cero resultado.
Fernando: ¿ ninguna devolución?
Belén: ninguna, pero hay más. En la página hay una sección Contacto y entré en Sugerencias y reclamos. Respuesta instantánea:”Hemos recibido tu consulta. A la brevedad brindaremos respuesta”. Remití tres mails. También cero respuesta. Tenía una urgencia extra; la carta originaria me informó que tenía un plazo para completar el trámite. Caso contrario la misma sería devuelta a su origen. Se frustraría mi compra.
Fernando:¿ y entonces, que hiciste?
Belén: insistir como corresponde a todo argentino. Me dirigí a la oficina central de Correo Argentino en Mendoza, Av San Martín y Colón. Saqué número, esperé y me atendió un joven amable en Atención al cliente. Le explique mi situación y a su pedido de Dni me dijo:”Pero Ud está registrada”. “Que novedad le respondí, nunca recibí respuesta al formulario enviado, por lo tanto no pude avanzar”. Se ofreció a ayudarme.
“Pongamos su contraseña creada me indicó”.Puesta la contraseña, apareció la leyenda Contraseña Incorrecta.
Me sugirió que restablezca la contraseña. EL correo iba a responderme con un mail restableciendo la contraseña.
Pasados quince minutos sin noticias volví al empleado, quién insólitamente agregó una nueva opción a la respuesta anterior:”Bueno a veces demora uno o más días la respuesta. Incluso, la página tiene problemas, no funciona bien y cabe que haya que esperar más”. Estupefacta atiné a preguntarle:”¿Que hago entonces”?
Espere, nosotros no podemos hacer nada con la página que no funciona.Es un tema de competencia de Bs As.
Voy a perder la mercadería le dije. “VENGA Y LE PRORROGO EL PLAZO, ME RESPONDIÓ”: Regando el arbol de la burocracia irritante.
De vuelta en casa envié otro mail en reclamos,que para el Correo es Sugerencias y no reclamos. Gestión nuevamente inocua. Cero respuesta.
Fernando: costumbre argentina nac and pop, Belén. Resumiendo: seguiste las indicaciones de la página de Correo para registrarte. Cero respuesta. Fuiste a la sección Reclamos de la misma página del Correo”bandera de todos los argentinos” como reza la publicidad, Cero respuesta.
Te apersonaste a las oficinas centrales de “la bandera de todos los argentinos”. De nuevo sopa. Cero respuesta como método. Consuelo: llevas sólo dos semanas de intentos frustrados.
Belén: modelo fiel de UN ESTADO PRESENTE Y PERFECTAMENTE INÚTIL. Vamos Argentina! Sigo esperando.
Fernando: Fin.