Sin ser sobreabundantes podemos afirmar que el acto electoral del próximo 22 de octubre es uno de los más trascendentes desde la reinstauración democrática en 1983.
Abundan las razones que sustentan la afirmación de la importancia de la cita , pero podríamos sintetizarlas en algunos conceptos concretos:
1) índices muy elevados de pobreza e indigencia.
2) Corrupción generalizada en todos los niveles.
3) Crisis educativa que limita y oscurece el futuro.
4) Anomia; ausencia o apartamiento constante de las normas.
5) Emigración de miles de jovenes, decepcionados y sin perspectivas de futuro.
6) Aumento de la inseguridad a niveles que limitan una vida normal. Se suma conflictividad social permanente.
7) Inflación en constante aumento que degrada el valor del peso argentino in extremis, hasta convertirlo en un objeto de desprendimiento veloz.
8) Enojo, bronca, hastío, decepción generalizada, temor, desconfianza, coqueteo incomprensible con la hiperinflación.
9) Ausencia de millones de ciudadanos a la cita electoral en las Paso.
Son sólo algunas de las desventuras que atraviesan la vida diaria en el país y atento a ello nos arriesgamos a enumerar algunas sugerencias para emitir el voto.
A) Concurrir a votar: no es una sugerencia claramente, sino una apelación cívica y de responsabilidad. No debemos abdicar nuestro derecho democrático a delegar quienes nos representaran en nuestra democracia representativa. Hay que superar el enojo, el cansancio por la incertidumbre, la apatía, la desconfianza. Se suma el miedo, el temor al derrumbe general, la perspectiva de un futuro peor, gane quien gane la elección. Se requiere legitimidad popular en el nuevo presidente, su tarea es inmensa No nos ausentemos en esta oportunidad, bajo ninguna circunstancia.
B) Votar jóvenes y adultos teniendo en cuenta el presente, pero apuntando también al futuro: con este presente trágico es de obviedad votar con conciencia de la urgencia actual pero apuntando al futuro. Los jóvenes para proyectar su vida para adelante y en el país, los adultos jóvenes para conseguir estabilidad y crecimiento con previsibilidad para su familia y los adultos mayores para concluir su vida en dignidad y estar tranquilos con lo que les espera a sus hijos y fundamentalmente a sus nietos.
C) Aplicar el sentido común: hay que apartarse de las emociones que nos condicionan, de las supuestas soluciones mágicas, de las imposibles y falsas promesas que reiteraron fracaso y de los profetas de lo imposible. Apelando al simple y sencillo sentido común es de alta probabilidad que el voto sea racional y positivo para el interés general.
D) Se debe afirmar la República Democrática Representativa: el voto masivo en ese sentido nos asegura permanecer en un sistema en que el poder reside en cada ciudadano y es delegado en quién los representará. Es el sistema que también asegura libertad a sus ciudadanos, menguada hace tiempo por autocracias indeseadas. Está en discusión la democracia y no por ella en sí misma, sino por políticos y en parte por la misma sociedad, o sea por nosotros mismos. Debemos asumir nuestra propia responsabilidad.
Es tiempo ya de consolidar el poder de cada ciudadano y el de una democracia pura. Se debe demandar en el futuro mediato mayor participación, bregando por la instalación de consultas vinculantes, plesbicitos y revocatoria de mandatos, entre otras instituciones. Empoderamiento ciudadano.
E) Sufragar con la convicción de que hay que tener paciencia: el deterioro del país es de tal nivel que es imposible una solución lógica y permanente en el tiempo, en forma veloz e inmediata. Hay que tener paciencia razonable, pero no ilimitada. Considerar quién puede proyectar una recuperación y reconstrucción en tiempos lógicamente acelerados y razonables aparece como una respuesta efectiva en las urnas.
F) Votar por la dignidad: durante mucho tiempo, demasiado, hemos resignado nuestra dignidad y en consecuencia la colectiva, la del conjunto de la Nación. Es tiempo de recuperarla. Nadie obliga ni exige a quienes se candidatean. Es por su propia voluntad que deciden asumir la conducción de la cosa pública. Muchos de ellos nos han llevado a la indignidad con nuestra inadmisible permisividad.. Deben gobernar por el interés colectivo y respetando la dignidad de cada ciudadano argentino. No debemos ser más indignos, por nuestra integridad, la de nuestra familia y la de la Patria.