No es fantasía, exagerados maximalismos, ni afirmaciones catastróficas alejadas de la pura realidad verdadera.
La dimensión y magnitud de la tragedia dejada por el kirchnerismo/massista se vio reflejado en lo que el lenguaje popular definió con su voto: Estamos hartos, hinchados, agobiados; no más de ustedes.
Por convicción muchos, por contra varios y por carencia de opción otros, un nutrido y contundente 55% de ciudadanos ungió al León para ponerlo al mando de la reconstrucción que aparece como épica.
En los primeros 6 días posteriores a la elección nos encontramos con las primeras certezas, en medio de la tempestad que atraviesa el barco averiado nacional.
1) En ésta oportunidad y a diferencia de lo que sucedió con Macri en el 2015, el estado y la magnitud de la catástrofe recibida será expuesta con claridad y totalidad. Todo sobre la mesa. Guillermo Francos, futuro ministro del Interior, es el más enfático en este sentido y a su vez el más partícipe en dialogar en busca de consensos.
Ya los argentinos viven y sienten muchas de las desventuras presentes, pero lo que anticipan las primeras versiones de quienes se acercan a los pliegues del poder, genera escalofríos, por las trampas dejadas, la irresponsabilidad gestionaria durante cuatro años y todo agravado en el último tramo proselitista por la irresponsabilidad supina de Sergio Massa.
2) La conformación del gobierno libertario deja al descubierto algunas cuestiones sorpresivas y también incertidumbres.
A) Sorpresa por el pragmatismo libertario, dónde el León lejos de rugir se acerca plácido y amistoso a mucho de aquello que estaba en sus antípodas.
El Santo Padre no es maligno y por el contrario se recibiría con brazos abiertos y el mayor afecto posible.
Acuerdos políticos en primer lugar, en vez de confrontación esperada.
El apoyo veloz de Mauricio Macri, previo al balotaje y aparentemente sin condicionamientos, según lo afirma Milei, se refleja en puestos importantes en el plantel gobernante de personajes macristas.
El acercamiento con el peronismo cordobés de Schiaretti avanzó a todo vapor. Cordobesismo que irrumpió en el debate y fue reconocido rápidamente.
Negociaciones febriles en el ámbito del Congreso. Necesario conseguir consensos y apoyo para leyes trascendentes. Con interrogantes y dudas a despejar.
B) Incertidumbres aparecen idas y vueltas. Apariciones y desapariciones casi en simultáneo.Enojos soterrados algunos y explicitados otros. Nombres no confirmados. Subes y bajas. No tan extraño para un movimiento que en dos años se subió al poder. Inédita su irrupción y apresurados los críticos tempranos.
Faltan estructuras y nombres. Hay que llenar miles de casilleros y gobernar consiguiendo consenso desde la escasez de representantes legislativos propios. Ardua tarea y no sencilla. Necesario dar un tiempo mínimo.
Inquietante no por lo que sucede en la previa de la toma del poder, sino por los orcos que ya actúan en forma explícita y por los que están agazapados y en preparación. Cercanos algunos, los 10 gobernadores no kirchneristas que comenzaron a marcar la cancha y los de siempre, que en el hangar ponen a punto velozmente el helicóptero.
Habrá que ver que hacen los dirigentes radicales, que bajo aparente neutralidad, trabajaron para Massa. Gerardo Morales, Martín Lousteau y su Evolución radical entre los más destacados. Los simpatizantes radicales los desoyeron y acompañaron masivamente a La Libertad Avanza. Desnudos en medio de la multitud quedaron.
Condiciona con dramatismo la fantasía irresponsable instalada por el relato y la gestión populista kirchnerista durante tantos años. La educación y sus programas de estudios con maestros y profesores adoctrinadores, los medios y periodistas militantes y la progresía artística e intelectual machacaron consignas y relatos autoritarios y justificadores de la hecatombe y la corrupción.
No se puede abandonar la batalla cultural para reivindicar y restablecer los valores de la democracia republicana, la libertad, el reconocimiento del mérito y el esfuerzo y el acercamiento a las democracias occidentales.
El Estado es un proveedor inagotable de recursos infinitos e ilimitados, caló en el pensamiento y en la vida de muchos argentinos.
El Estado argentino está quebrado, insolvente y es completamente inútil. Imposibilidad de hecho la fantasía distribucionista. En paralelo la sociedad está herida, necesitada y mal acostumbrada al supuesto Estado papá proveedor permanente, aún desde la escasez o la nada. Labor ardua revertir tamaño dislate.
Es necesario esperar la conformación definitiva del gabinete inicial, los titulares de las posiciones más importantes y relevantes y los consensos conseguidos. Una vez empezada la gestión y con un tiempo prudencial de espera; queda habilitado el debate sin restricciones ni límites.
Críticas, rechazos, acciones concretas en contra del gobierno, dentro de los parámetros democráticos, habilitados.
Rechazados orcos, corporaciones prebendarias, amantes del helicópteros, relatores mágicos de irrealidades, burócratas sindicales ausentes durante cuatro años, militantes incorporados en abundancia a los organismos del Estado para complotar desde sus entrañas y progresistas de salón que atrasan. También aparentes cercanos o propios enmascarados; están para complotar sin ser vistos.
El 55% que creyó y apoyó debe estar atento y cuidadoso. No se permiten ingenuos ni desinteresados, La República Democrática y la dificilísima tarea reconstructiva demandan compromiso cívico concreto, adhiriendo y también criticando; pero evitando la vuelta o el retorno a lo peor.
El daño y el dolor actual son inmensos. Revertirlo va a llevar tiempo y no va a ser plácido. Vale la pena intentarlo, basta observar el estado en que está la patria. Lamentable y en caída libre.