La combinación es complicada al punto de poner en problemas al periodismo calificado como independiente y que se esfuerza en concretar su labor con la mayor objetividad y certeza posibles.
Al estado complejo y grave de la realidad nacional, se agrega una grieta ahondada, tensa hasta la agresividad y para nada atemperada, pese a expresiones numerosas en ese sentido.
Se suman las redes sociales, lugar de debate público donde convive de todo; anonimato, denuncias, injurias, falsedades, y también verdades inapelables y primicias imposibles de conseguir por el periodismo tradicional. El periodismo debe estar muy atento a las diversas redes, desmenuzando, consiguiendo verdades y descartando mentiras y operaciones. Arduo y no sencillo.
El combo mencionado, luego del temblor electoral provocado por el sólido triunfo de Javier Milei en el ballotage, dio comienzo en el debate periodístico a un fárrago de presunciones, anticipos luego frustrados, dudas, improvisaciones, en menor cantidad certezas y toma de posiciones y ahondamiento de la grieta en una intensidad no conocida e inconveniente.
El accionar de la mayoría de los medios de comunicación y de los periodistas por ende, se han visto teñidos en medio de la realidad descripta, en situaciones erradas, apresuradas en algunos casos y de liviandad innecesaria.
Separemos los medios y periodistas militantes. Llevan años desvirtuando la tarea periodística normal y difundiendo oficialismo fanático y amarillismo, por lo que no tiene sentido incluirlos en este análisis.
Es sorprendente como periodistas que se auto definen como independientes y medios de comunicación que no califican entre los poco objetivos, se han dejado llevar por emociones, deseos o convicciones íntimas, la urgencia y complejidad del momento, para introducirse voluntariamente o quedar entrampados en este mar de idas y venidas, nombres luego desechados, afirmaciones después desmentidas y lo que es más impactante, ojos que miran en un sólo sentido.
Los entusiasmados con los nuevos tiempos que alumbran, están oblicuos en sus opiniones y análisis.
Se han obviado o minimizado desprolijidades importantes, cambios de parecer sorprendentes, separaciones o minimización de personas omnipresentes en la previa electoral y se define como pragmatismo inteligente y necesario, arreglos, nombres o toma de decisiones que exceden el pragmatismo necesario.
Es cierto que el kirchnerismo, los fanáticos desolados por la derrota y la militancia periodística amarilla aventuran tempestades, adelantan diversas plagas y no dieron ni un minuto, luego del triunfo de Milei, para pronosticar el infierno en ciernes. Lo habitual.
Raro e inconveniente lo que se supone comunicación más equilibrada, y en doble sentido.Urgencia inexplicable e indebida en la previa de asumir la presidencia y olvidos indebidos.
Deseo de anticipar nombres, ideas, hasta acciones imposibles de llevar adelante y también silencio y omisión de críticas o disenso a medidas o designaciones 180 grados distantes de lo prometido.
Veamos: el presidente libertario electo anticipó “la demolición del Banco Central. Supongamos que el escenario no permite la dolarización inmediata y por ende la desaparición del banco Central. Demorado o imposible de llevar adelante. Aventurado o errado en su momento prometerlo o difícil de poner en marcha al inicio.
La designación por parte de Luis Caputo de su socio Santiago Bausili para asumir la presidencia en el Banco Central van en contra de lo absolutamente necesario e imprescindible. Independencia absoluta es clave. Cero emisión obligatoria para alcanzar déficit cero. En dudas la independencia del presidente del Banco Central. Sin comentarios por parte del “periodismo independiente”.
También asume como extraño el aislamiento en la realidad de Victoria Villarroel, a cargo exclusiva del área de Defensa según anunciara el propio Milei. Descartado 100% en la realidad. Visible molestia y enojo entre presidente y vice de arranque. Inconveniente inicio. Pragmatismo inteligente para el periodismo objetivo. Cero mención crítica a un apartamiento completo.
En el otro extremo, impacientes y exigentes, observaron y exigieron desde el primer día, precisión de relojería suiza a todo lo dispuesto por Milei y su mesa chica. Infalibilidad al 100%. Sin tener en cuenta el escenario nacional de complejísima dificultad, la fragilidad propia de la novel La Libertad Avanza y la necesidad de negociación y arreglos previos por la carencia de legisladores propios. No es óbice. Todo debe resolverse perfecto y rápido.
En paralelo, Horacio Rodriguez Larreta se auto despidió con pompas y honores en una ceremonia en el teatro Colón. Con fondos públicos en medio de un tiempo de carencias extremas. Pasó desapercibido para el periodismo objetivo e independiente.
Exigencias, demandas urgentes inadmisibles y omisiones críticas necesarias por igual.
Es muy grave el presente y ya lo anticipó el mismo Javier Milei, muy duro lo por venir. Acechan los actores de siempre poniendo a punto el helicóptero y con tarea finalizada. Listo para su uso.
Es de necesidad y responsabilidad encontrar equilibrio informativo y de análisis, de medios y comunicadores. Lejos de deseos y emociones. Pacientes pero no complacientes. Sin exageraciones en apoyos ni críticas. Equilibrados en medio de aguas muy turbulentas. Difícil pero imprescindible.
Hay demasiada subjetividad y amarillismo en muchos medios. Las redes arden también en fanatismo extremo y en mentiras y amenazas.
Tranquilidad, objetividad desde la democracia republicana y análisis y opiniones sesudas equilibradas deben acompañar la turbulencia actual y con pronóstico de agravamiento.