Joaquín y Fernando esperaban la cita con emoción. Sabían que la tercera presentación de la Scaloneta en Miami, aún con la ausencia de el rey Lionel, sería una fiesta totalmente argentina. No esperaban, eso si, el vacío en la línea de cal del otro Lionel, el gran DT de la epopeya mundialista.
No fue trascendente, ni melló en concurrencia y entusiasmo, pese a las dos tremendas faltas. El espíritu, las ansias de compartir la alegría y el reconocimiento eterno hacia los jugadores campeones del mundo por tercera vez, aún ya clasificados para cuartos de final, eran mayores a cualquier inconveniente.
1) Marea celeste y blanca: 74.962 espectadores anunciaban los impactantes 4 leds del estadio y la voz de los locutores en inglés y español,que se habían dado cita en el bello y sonoro Hard Rock Stadium, casa de los Miami Dolphins, equipo de fútbol americano miamense. También cita del Master 1.000 de tenis y en su exterior de la carrera de la imponente fórmula 1, en una de sus fechas anuales. Centro deportivo de elite.
De esos casi 75.000 concurrentes el 80% eran argentinos. La inmensa mayoría con camisetas de la selección con el 10 y Messi en la espalda. Algunos, los menos, optaron por portar la de Di María, Julián y otros la de Dibu.
Dato importante: la selección ha logrado unanimidad casi absoluta. Todos visten la casaca nacional. Escasos concurrentes aparecían con las de sus clubes: Aislados riverplatenses( camiseta similar a la de Perú), boquenses de Riquelme, y rosarinos leprosos o canallas, eran la excepción. Unanimidad orgullosa celeste y blanca.
2) El 20%de peruanos, también portando camisetas de su selección, se hicieron sentir. “Peru, Perú”, se entonó en varias oportunidades. Entusiastas, pese al poco ánimo que trasmiten jugadores de nivel insuficiente.
3) Somos locales otra vez: lo esperaban los jugadores en sus declaraciones previas y lo anticipaban los periodistas enviados. Miami era la cita 100% argenta. Cientos de miles de compatriotas residen en la gran ciudad del sur de la Florida. La eligieron, voluntariamente o forzados por las recurrentes crisis argentinas, como lugar para reencauzar sus vidas y las de sus familias.
Alrededor de 50.000 almas bien argentinas se hicieron presentes. Emocionados, y muchos en familia, exudaban sentir y nostalgias celeste y blanca. Era, en una cancha de fútbol americana una cita futbolera bien argentina. Y así se vivió.
En Atlanta y New Jersey se hicieron presentes muchos argentinos también, pero acompañaron en cantidad importante latinoamericanos o ciudadanos del mundo que idolatran a Messi. Por el se acercaron para disfrutarlo en carne y hueso. Admiración que trasciende fronteras y todo tipo de razas. Único.
En Miami la cita fue bien nac and pop.
4) Caso excepcional:se había visto en las calles los días previos y se hizo presente en el estadio. Messi todo lo puede. Padres mejicanos, peruanos o centroamericanos pero sus hijos portando la 10 de Leo. Lo aman y admiran, con la aceptación resignada y amorosa de sus progenitores que lucen las casacas de su país de origen. Los niños y jóvenes con la celeste y blanca.
Lo vivió Joaquín en carne propia en un restaurante. Matrimonio mejicano con tres hijos. Estaban en Miami, forzados por el menor, fanático de Leo.
5) Cantos bien de cancha argentina: fuerte, convencidos, el Dale campeón, dale campeón, el Cada día te quiero más, y el entonado en repetidas oportunidades; El que no salta es un inglés, se hicieron sentir una y otra vez. Con ánimo y convicción. Los jugadores lo sintieron y apreciaron.
Dato de color: Los parlantes del estadio difundían la canción Muchachos y el coreo multitudinario de todos, sumaba color y emoción a la cita. Distintivo y maravilloso.
Joaquín y Fernando lamentaban no recordar fielmente una canción entonada por algunos, que “hermanaba peruanos y argentinos, pero no chilenos”. Rivalidad presente, en cántico no habitual.
6) El “toro” Lautaro: hizo que la fiesta fuera completa. Su potencia desbordante y su hambre y fiereza de goleador dieron el presente y le pusieron moño a la cita nacional. Su esposa mendocina festejaba en sitio cercano preferencial, acompañada por otras parejas de los jugadores. No en el mismo lugar Antonella.
7) Molestias inesperadas: raro porque la presencia de compatriotas era casi total. Pero algunos han adoptado una conducta de estaoudinenses que incomoda. Se levantan de sus asientos y en varias ocasiones, mientras se desarrolla el juego. Incómodo, porque van en busca de vituallas y bebidas y hay que pararse para permitirles el paso. En EEUU se consigue y lo sufren argentinos no acostumbrados a perderse ni un segundo del partido.
8) Banderazo y recital de Ciro y Los Persas: el viernes previo al partido los muchachos se citaron a las 6 PM.en la Avenida Collins al 7000, en la tradicional esquina de Manolo, restaurante habitual de argentinos. Había que alentar con banderazo. Previamente la AFA convocaba a reunirse en el fun fest que ubicó en el Bayside del Down Town. Doble cita.
A las 7.30 PM la muchachada comenzó a poblar la esquina del North Miami. A las 8, comenzaba en un auditorio municipal contiguo el show de Ciro por 80 U$. Mucha presencia también y mucho canto. Al finalizar y vueltos a la calle, el banderazo seguía con fervor y presencia numerosa y corte de calle lateral. Impensado en EEUU. A las 11 PM la policía indicó que era el final. Exhaustos, obedientes y contentos, los fanáticos se reiteraron en espera de la cita importante al otro día frente a Perú.
La fiesta del sábado fue completa por el triunfo y las emociones vividas. Postales de una jornada que aunó compatriotas que viven lejos del país, con aquellos, como Joaquín y Fernando, que aprovecharon su estancia temporal, para vivir una jornada futbolera bien celeste y blanca.
Ambos me encomendaron que trasmitiera los detalles de color vividos Afortunada por ser testigo directo. No siendo futbolera habitual, la disfruté como el que más. Ahora no soy sólo una hincha más de la selección, sino una fanática total agradecida.