La carta de Cristina, luego de la fuerte derrota en las elecciones de medio término, fue un clásico fiel a su estilo y costumbre de siempre: auto exculparse y buscar responsables con nombre propio y circunstancias externas, totalmente ajenos a Ella.
En esta oportunidad los elegidos fueron Axel Kicillof y el miedo al caos de una parte de la población.
Ella siempre a salvo de todo, sin el menor atisbo de objetividad y obviando dos cuestiones fundamentales: 1) la mayoría de los nombres que integraron las listas kirchneristas fueron impuestos por su decisión y 2) la ausencia completa de propuestas innovadoras y renovación programática, sintetizado en la consigna electoral: “Frenar a Milei”. Sólo eso.
En la elección a su voluntad de candidatos en lugares destacados, aparecían, a modo de ejemplo, el ex guerrillero y vacunado Vip Jorge Taiana, Juan Grabois que se apropió del micrófono en el solitario bunker de la derrota, expresando palabras disparatadas e inconexas, frente a casi nadie, para los días posteriores dedicarse a ensalzar a Chavez, Maduro y especialmente al “Che Guevara”.

Las listas estaban pobladas de camporistas y en Capital Federal de un candidato a senador Itaí Hagman, que ocultaba su raíz judía de nacimiento. Insólito.
Silencio absoluto de Cristina al respecto y un hecho inexplicable el mismo domingo perdidoso. Reiteró sus pasos de baile en el balcón de la prisión, frente a un menguado plantel de militantes enojados y atónitos.
Caso aparte eran las personas que acompañaban a Cristina en la prisión. Se contaron 5(cinco) entre las que se alcanzaron a ver. Dos de ellas filmaban y fotografiaban la “actuación estelar de Cristina”; de las otras no se tiene registro.
La incomprensible fiesta dominguera, apenas consumada la derrota, interpela a los jueces de Cámara que permiten que la prisión domiciliaria sea un remedo perfecto de lo que no debe ser. Jueces argentinos.
Toda esta catarsis, fundamentalmente de disputa interna, no logra disimular la absoluta carencia de ideas superadoras e innovadoras del perokirchnerismo. Anclados en el pasado, sus dogmas y consignas vacías, lucen rancias y limitadas a “frenar a Milei” y a intentar, como siempre, ser los únicos defensores de la Patria. Fuerza Patria eligieron en esta oportunidad como nombre de su frente electoral.
La confrontación feroz entre Cristina y Kicillof está en pleno desarrollo y se verá el desenlace. En el devenir algunos dirigentes peronistas adujeron también responsabilidad en la derrota a la boleta única. “Difícil para los votantes, inducidos al error por la novedad para esos votantes”. Textual! Menospreciando la capacidad de los ciudadanos; imposibilitados aparentemente, de acertar poniendo una cruz en el lugar adecuado.
En lugar de este manual de sandeces inconducentes, deberían avocarse a renovar ideas en una introspección profunda y responsable.
Por el lado victorioso y para no quedarse atrás, el triángulo férreo libertario, hizo de las suyas. A menos de una semana del triunfo electoral, Guillermo Francos, el criterioso y esforzado componedor Jefe de Gabinete, acosado por Santiago Caputo y el Jefe Karina, a su vez enfrentados entre ellos, no logró contener los embates, por medio de una decisión contundente, voluntaria y explícita de Javier Milei.

Abrumado y fatigado de las operaciones, renunció por redes sociales. Lo acompañó su ladero de siempre, el ahora ex ministro del Interior Lisandro Catalán.
Lo reemplazó a Francos inmediatamente, el “karinista” vocero presidencial y electo legislador porteño, Manuel Adorni. Aparece como posible ministro Santiago Caputo. La confrontación entre Karina y Santiago no está saldada. Coexistirán en el triángulo con Milei en el vértice, luciendo Karina como líder de la victoria. Acompañan en segundo plano los Menem, reivindicados.
Puede concluirse como reflexión mínima, la imperiosa necesidad de la moderación y disposición a acuerdos sensatos y valiosos llevados adelante por el victorioso Javier Milei, para cristalizar los avances impostergables que necesita el país deteriorado, teniendo bien presente que muchísimos ciudadanos, entre ellos “los ñoños republicanos”, “los viejos meados”, no por amor, sino por espanto, le otorgaron una nueva posibilidad, cuando avizoraron la proximidad del abismo pero kirchnerista.
Mención especial a la Boleta Única. Disminuyó enormemente la posibilidad de fraude que se hizo evidente sobretodo en la elección en la provincia de Bs As, para pesar del peronismo bonaerense, que conserva la boleta sábana para sus elecciones provinciales. Anclado en el pasado y en el menosprecio al ciudadano al que dicen defender y representar.
El pueblo le otorgó a Javier Milei otra posibilidad. Está condicionada. Puede que no la desaproveche, por el bien común del esforzado y sufrido ciudadano argentino.




