Los últimos días provocaron dificultades enormes a todos los propietarios de automóviles. La carencia de nafta y gas oil en todo el país suspendió actividades habituales, traslados, influyó en la labor diaria de muchos ciudadanos e incluso dejó paralizados a numerosos viajeros.
Vale mencionar que las dificultades fueron bastante anteriores en las zonas agrícolas. Productores del campo, que se proveen normalmente a granel y a mayor costo, venían denunciando las dificultades que atravesaban en obtener gas oil para sus labores diarias. Desde hace dos meses se quejaban.
El ministro de economía de la Nación enfrentó la crisis con su habitual conducta y verba inclinada a sus propios y exclusivos intereses personales, electorales en este caso y con medias verdades.
Falsedades, relato, algunos hechos ciertos magnificados, políticas erradas omitidas, actitudes de las petroleras y demás circunstancias fueron mezcladas en sus exposiciones, más la alusión demagógica a la Patria y la cita al adversario en el próximo balotagge.
El petróleo que refinado deviene en nafta y gas oil, tiene un precio de mercado internacional que ordena el valor de los combustibles. La invasión de Rusia a Ucrania y el duro conflicto entre Israel y parte del pueblo palestino, fueron causales del aumento del valor del barril de petróleo. Imposible de obviar.
Con la habitual política intervencionista en los precios del massismo krchnerismo, el precio de los combustibles tiene un atraso este año en relación a la inflación de aproximadamente 50%. Esto sin evaluar el desfase de arrastre vinculado a la diferencia entre dólar fijo y el valor del dólar del mercado.
La argumentación oficial alrededor de la crisis de los combustibles es en parte fantasía, adornada con relato de “aparente seriedad y épica patriótica”.
Al hecho concreto e irrefutable del desfasaje del valor real se suman circunstancias ocasionales e imprevisiones que también deben ser señaladas.
1) Parte del gas oil que se consume en el país se debe importar porque el producido no satisface el consumo interno. Al existir cepo a las importaciones y haber carencia de reservas y por ende de dólares, no se habilitaban los valores para el pago del combustible importado. Sin pago no hay producto.
Presionó Massa a las petroleras para que las empresas pusieron sus propios dólares para importar el combustible, atento que el Estado no les proveía el billete a valor oficial. Debían entregar dólar a valor promedio de 950 pesos, para luego cobrarlo en las estaciones de servicio a 365 pesos según el valor fijado por el mismo Estado.
2) Las empresas petroleras y los propietarios de estaciones de servicio hicieron su tarea. Atrasados en el valor del producto, retacearon su entrega y demandaron al gobierno un aumento debido al evidente retraso en los precios. Especulación proveniente también de la fijación de valores irrisorios.
3) Dos destilerías de YPF, las de Luján de Cuyo y La Plata, estaban con producción limitada por trabajos previstos en ellas para facilitar el refinado del petróleo proveniente de Vaca Muerta. Esto se conocía con anterioridad y no fue tenido en cuenta para paliar la menor provisión efectiva. Error de gestión. Debía importarse el faltante, Massa no proveyó los dólares. De eso, el ministro ni una palabra.
4) Massa amenazó a las empresas petroleras con prohibirles exportar petróleo si no normalizaban la provisión del combustible antes del día miércoles. En paralelo negociaba un aumento, que demoraba a noviembre para que se refleje en el índice inflacionario luego de la segunda vuelta electoral. Las empresas solicitaban alrededor de un 50% de aumento, mientras el gobierno ofrecía un 5%. Se saldó en el 10%.
5) Massa anunció el aumento, en tono victorioso señaló que ya había combustible y acentuó su voluntad en la defensa del pueblo argentino como prioridad de su gestión. Dos errores. Falta combustible en numerosas estaciones de servicio todavía. También el nuevo valor augura futuras dificultades seguras. Más de lo mismo. Defensor victorioso fallido de causas perdidas. El conejo no salió de la galera.
Importante: el 10% de aumento vino acompañado de una nueva postergación hasta febrero del aumento del impuesto sobre los combustibles. Con eso quita mayor presión a los precios.
La endeble situación económica del país y la política de control y fijación de precios traen inconvenientes y desbalances permanentes en la actividad habitual. Volver a la normalidad y al sentido común va a demandar tiempo y mucho esfuerzo. Historia conocida y poco transitada con eficacia.
Mientras tanto Sergio Massa despliega su ilusionismo habitual. Para incautos, desprevenidos, fanáticos, dogmáticos e ignorantes. Le da resultado.