El cambio se planteó en 2015 y se frustró en 2019. El gradualismo fue erosionado por las urgencias económicas, que no daban tregua y exigían implacables, inmediatez resolutiva, por los mercados que se replegaron inesperada y abruptamente( como suelen hacerlo donde sea) y por cierta obstinación “amarilla”, sin tonalidades posibles ni oídos abiertos y receptivos.
Hubieron avances en pos de”lo normal y lógico”, obviedades tanto tiempo desechadas, pero el Frente de Todos, ideado por Cristina y estructurado junto a Alberto presidente y Sergio omnipresente en diversos lugares trascendentes, volvió al poder.“Volvemos mejores” nos anunciaron el mismo día del triunfo y “con un gobierno de científicos”, en contraposición al de los Ceos amarillos. Fallido blooper inicial de mal gusto. Ni mejores ni científicos.
La deuda de transitar por la normalidad se remonta a más de 70 años atrás. Es demasiado tiempo y demasiadas desventuras sufridas por millones de compatriotas sufrientes y desvalidos.
Con simple intención enunciativa y sin presunción de infalibilidad, a continuación enumeraremos algunas cuestiones que consideramos necesarias implementar con presteza, seguridad y confianza, para reorientar el país por los senderos que transitan cientos de países, incluso muchos de ellos sin los recursos que favorecen a la Argentina. Veamos.
1) Sostener y fortalecer la República Democrática: parece una obviedad, pero ha sido manoseada, bastardeada e incluso atacada, también en los últimos 40 años de vigencia democrática. Tres poderes autónomos, enfocados en el bien común y haciendo cada uno lo que les corresponde, sin intromisiones indebidas ni intentos de cooptación. Ejerciendo el poder, dictando leyes y controlando y repartiendo justicia. Simple.
Valorando y respetando las instituciones, devaluadas y degradadas con fruición, impunidad y durante largo tiempo.
2) Estado útil: terminar con la dicotomía de estado grande, pequeño, presente, ausente, invasivo y demás calificativos innecesarios que nos han depositado en este inmenso Leviatán, asfixiante, inerme e inerte. Directos damnificados; los ciudadanos.
Ejemplos de algunas circunstancias: Un Estado útil era necesario presente y en tamaño importante durante la pandemia de Coronavirus.
En sentido contrario, Estado no invasivo y casi ausente, promoviendo sólo reglas mínimas y equilibradas, frente a ciudadanos emprendedores que arriesgan, crean e invierten, generando trabajo, innovación y valor agregado. Fuera cepos, trabas a la importación, retenciones a la exportación. Un sólo valor de dolar, sin reparticiones omnímodas que autorizan cupos de importación o exportación. Camino directo al crecimiento evitando la tentación de sobornos por órganos reguladores y/o controladores en exceso.
Estado útil presente, proveyendo educación, seguridad y salud. Estado ausente; adoctrinando, militando, poblando de propios la planta de empleados hasta hacerlo inviable, trabando, impidiendo, asfixiando.
Sólo Estado útil, lo justo y necesario.
3) Prevalencia del sentido común: el más común de los sentidos. Basta de generar relatos ficticios, estrámboticos. De apelación a gestas cuasi heroicas, de implantar rispideces y hasta conflictos sin sentido. La regla, lo común debe ser lo normal, lo sensato, lo posible, lo probado.
No somos los mejores, ni los atacados ni perseguidos. Relaciones con el mundo democrático donde imperan las libertades y el estado de derecho. Respetuosos de todos los países, pero apartados de extremismos peligrosos e inconducentes.
Recurriendo a recetas económicas probadamente exitosas, con la intención clara de sacar del desamparo, pobreza e indigencia a la mitad de los argentinos.
Simplemente volver a lo normal aplicando sentido común.
4) Importancia de la Justicia: vapuleada, intentada ser cooptada, poblada de magistrados propios y militantes del poder político de turno,sometida a presiones y agravios indebidos, con convicción y urgencia se debe emprender el indelegable trabajo de restauración de la Justicia.. La de la balanza equilibrada, los ojos vendados y la boca cerrada.
Es el último dique contenedor de los conflictos en la vida social y el control de los abusos y corrupción del poder. Jueces probos, capaces, laboriosos y respetados, deben volver a prestigiar la institución Justicia, para brindar tranquilidad, confianza y seguridad personal y jurídica a la ciudadanía.
5) Restaurar la importancia de los valores del estudio, el esfuerzo, el mérito y la voluntad de emprender: no es justo ni inocuo despreciar o considerar discriminatorios estos valores. Contribuyen a la mejora y el progreso individual y agregan valor a la vida colectiva.
Ciudadanos que progresan constituyen una sociedad próspera y con más posibilidades. Está en la esencia del ser humano. Con conocimientos, voluntad y esfuerzo, valores naturales en la condición humana y en el marco de una sociedad equilibrada y con reglas equitativas, que permite crecer sin pisotear ni abusar de nadie, el cuerpo social brinda mejor calidad de vida y superación.
Valores despreciados y abandonados hace tiempo en nuestro país. Ha prevalecido la equivalencia en la mediocridad y la comodidad. Igualando hacia abajo.
6) Educación como prioridad: sin declamaciones estentóreas y realidades frustrantes. Con el imperio de la sociedad del conocimiento, no se debe perder más tiempo relantizando el proceso educativo.
Educación pública robusta y la posibilidad de quien lo desee y pueda acceder a la educación privada. No son contradictorias, sino complementarias.
Un Estado útil asegura la mejor educación a la mayor cantidad de ciudadanos. Con libertad educativa, amplitud de conocimientos, sin inclinación doctrinaria ni maestros o profesores militantes, con infraestructura suficiente y de calidad.
Acceso al conocimiento de idiomas e incorporación de la tecnología y su aprendizaje en todos los niveles. Reiteración: impera la sociedad del conocimiento. Prohibido más dilaciones.
Ciudadanos con conocimientos amplios adquiridos, son libres, no manipulables, dignos, tienen futuro y aportan a su mejora individual y al bien común.
7) Combate y destierro de la corrupción: está enquistada en nuestro diario vivir. La practicamos, soportamos, aceptamos con resignación y no la combatimos ni castigamos como corresponde. Vicio y enfermedad que ha derruído el tejido social.
Con una Justicia restaurada y educación en valores y moral es posible erradicarla. Se debe abandonar el dejar pasar ciudadano, la inacción o el retardo de los jueces e inclusive el acostumbramiento culposo colectivo.
No más al roban pero hacen, o al temor reverencial al poder corrupto. Tampoco a la maliciosidad ciudadana de sobornar al funcionario público de ocasión. Prohibido y castigado con presteza.
Ciudadanos honestos y funcionarios públicos de todo nivel probos es el objetivo inmediato, prioritario y fundamental.
El ser humano no es perfecto, pero en el país es tiempo ya de comenzar la reconstrucción individual para conseguir una mejor sociedad.
Hemos mencionado algunos puntos claves para empezar la tarea. Hay muchos más, a discreción y voluntad personal y colectiva. Lo único no permitido es continuar por el camino errado y la inacción.
El daño ha sido inmenso y las consecuencias están a la vista.