La base en la que accedió al poder Javier Milei fue y es la catástrofe nacional. Señalemos al respecto sólo algunos indicadores de esta definición.
El Indec acaba de informar que a diciembre del año pasado la pobreza alcanzó el 41,7% de compatriotas, o sea 19,5 millones de personas. En ese conjunto son indigentes el 11,9% de las personas. Una desgracia inmensa. Es de obviedad que a esta altura esos porcentajes son, desafortunadamente, más elevados, debido al ajuste en marcha. Una cifra trágica.
Los últimos 20 años de populismo han dejado su huella profunda en la desoladora actualidad. El diputado Ricardo Lopez Murphy sintetizó la “fiesta populista” con datos contundentes. Señaló que en 2001 “estábamos en una situación compleja, pero nunca tan grave como la que tenemos ahora”.
Hace 23 años atrás había dos millones de empleados públicos, cuatro millones de jubilados y los planes sociales eran 90.000.
Hoy hay 4.000.000 de empleados públicos( el doble!), diez millones de jubilados( seis millones incorporados sin haber realizado aportes) y alrededor de 4,5 millones de planes sociales, todo sobre la misma base de empleo.
A semejante despropósito hay que agregarle el persistente relato falaz. El Estado presente, el Estado para todos, Vos sos la Patria y vamos a defenderla, entre otras, son frases vacías y altisonantes que llenaron el espacio público mientras se llevaba adelante el dislate que nos depositó en la tragedia actual.Todo englobado en una corrupción generalizada, en general impune.
Milei arremetió desde el inicio de su gestión con motosierra y licuadora, sin tapujos y con algunos errores importantes de política y de ataques generalizados innecesarios.
Está en marcha un ajuste de shock, como prometió en campaña y está cumpliendo a rajatabla, con los consiguientes dolores en variados sectores de la población. Sucumbió en la Cámara de diputados su DNU y también la primigenia Ley de Bases de más de 600 artículos, que se ha convertido en una de alrededor de 200 artículos, para posibilitar su aprobación.
Y esta aprobación es requisito indispensable para debatir el próximo 25 de mayo el Pacto de Córdoba, con los necesarios y correctos 10 puntos propuestos para comprometerse a ser aplicados como políticas de Estado, cualquiera sea el gobierno de turno. Una propuesta nunca conocida en Argentina.
Se transitan, en consecuencia, tiempos muy difíciles y duros, con índices de inflación elevados, economía en recesión, conflictividad social variada, enfrentamiento con gobernadores y legisladores, tanto amigables como opositores e incluso con “ personajes oscuros” que atizan consignas y conductas golpistas. El presidente no cesa en sus convicciones firmes; el déficit cero y el combate contra la casta son innegociables. Llevados adelante, con algunos tropiezos y también con aciertos que comienzan a aparecer.
Simultáneamente y con goteo diario, aparentemente programado, salen a luz pública la inmensa cantidad de prebendas, posibles delitos y las miles de cooperativas que fueron instrumento canalizador de millonarios fondos, provenientes de emisión espúrea y descontrolada, para compatriotas despojados y lamentablemente también con destino a bolsillos indebidos. Todo está quedando expuesto y debe ser investigado.
Cientos de miles de empleados públicos son desafectados, como también determinados organismos públicos son prácticamente desactivados( Telam, Inadi, la Tv pública). Hay certeza de la sobreabundancia de miles de empleos cubiertos por militantes, especialmente de la Cámpora, sin ningún servicio público como objetivo. Se verá si hay un costo en el desprendimiento de tanto exceso de empleo público. La justicia laboral colonizada y claramente “antiempleador” no augura buenos vientos.
Tiempos duros y difíciles. La remuneración no alcanza frente al incremento de los productos esenciales y los servicios públicos aumentados ostensiblemente. El aumento de salarios se ha efectivizado en algunas actividades con porcentajes impactantes, está demorado en otros y es insuficiente para los jubilados y determinadas actividades muy castigadas por la realidad económica.
La inmensa mayoría de la ciudadanía está sintiendo y muchos sufriendo el trance económico adverso. Pese a ello, un porcentaje muy importante de compatriotas acompaña el duro trance. Desairados quedaron quienes aventuraban tempestades para marzo y Pascuas; el ex Secretario de medios de Néstor y esposo de Victoria Tolosa Paz, Enrique Albistur, entre ellos.
Señales positivas. En los inicios del todo o nada del presidente, la República funcionó. Aunque su acción republicana impidió la puesta en marcha de muchas medidas necesarias y positivas, obstaculizando una mejor e indispensable gestión, primó la institucionalidad. No todo es imposición en la República democrática, aún cuando se tenga razón. El acuerdo es necesario y no se puede obviar. Esto no significa ceder o negociar en exceso lo obvio e indispensable y lo votado mayoritariamente por la ciudadanía.
Se tomó conciencia, avanza una nueva Ley de Bases y queda para otras propuestas del Ejecutivo lo excluido en esta instancia.
Se dialoga con los gobernadores, la mayoría de los cuales ante la intransigencia inicial de Milei, tuvieron que aplicar, aún contra su voluntad, racionalidad y lógica en sus administraciones provinciales, gran número de ellas también inmersas en el desvarío populista. Se ha prometido liberar fondos provenientes de organismos internacionales para obras públicas ya iniciadas. A cambio se asegura acompañamiento aprobando la Ley Bases y otras iniciativas virtuosas.
El mismo gobierno puso pausa y gradualidad a algunos aumentos de tarifas de servicios públicos, atenuando el claro sufrimiento que están sobrellevando millones de ciudadanos. Pausa propia al todo o nada. Descolocadas las voces que señalaban falta de praxis política o de empatía con las necesidades colectivas.
Los índices inflacionarios parecen dar señales de descenso. Es imprescindible indicar que las empresas claves en la formación de precios, nuevamente no estuvieron a la altura de la extrema circunstancia que se atraviesa. Han vivido señalando la necesidad de aplicar muchas de las medidas propuestas por Milei y la urgencia de sacarles el peso del Estado de encima. Razonable y lógico.
Cuando se propusieron y pusieron en marcha muchas de esas medidas y acciones que siempre reclamaron, la conducta fue poco solidaria y focalizada en sus propios intereses. Plantearon sus precios con la perspectiva de un dólar a 2.000 pesos. Precios exhorbitantes y hasta alocados. Ante la caída de ventas y la apertura de importaciones, están retrocediendo en su práctica irresponsable y abusiva. Aún falta adecuarse a los valores reales.
El gobierno cuanto antes esté en condiciones, debe eliminar impuestos y bajar la excesiva presión impositiva. Ello redundará en mejora adquisitiva para la población y alentará la inversión. En simultáneo debe acompañar la modernización de las leyes laborales. Con la permanencia de las leyes laborales de cuño fascista y la existencia de jueces de jurisdicción laboral, anti empresas, nadie va a arriesgar a contratar nuevo empleo. Seguirán reinando el trabajo en negro y la falta de aportes para alimentar el sistema previsional.
Hay más oscuros que claros, pero éstos comienzan a aparecer. Pueda que los actores políticos y sociales estén a la altura de su tremenda responsabilidad. La inmensa mayoría de argentinos está acompañando con esfuerzo, estoicismo y muchos con esperanza, el duro trance actual. Pareciera no existir espacio para otra defraudación Que no ocurra nuevamente.
PD: increíblemente y contra todos los presagios, los aeropuertos y las terminales de ómnibus lucen atiborradas de pasajeros ante el inicio del feriado super largo. Varias zonas y ciudades turísticas esperan 90% de ocupación. Muchos pájaros de mal auguro desairados.
La locuacidad presidencial en una entrevista por CNN ha tensado in extremis la relación con Colombia, al punto del retiro de embajadores y personal diplomático. También es in crescendo la tirantez con Venezuela. Hay que actuar con inteligencia y prudencia, sin abandonar el alineamiento con el mundo occidental y democrático.