No se trata de una arenga partidaria ni una simple expresión de deseos. Es una afirmación sustentada en largos años de penurias y graves errores económicos que han depositado al país en la penosa y triste situación actual. Datos concretos vinculados a la economía sustentan lo expresado.
Pobreza superior al 50%,indigencia superando el 10%, empleo en negro creciente, falta de inversiones, imposibilidad de acceso al crédito, sistema previsional quebrado y consecuente monto de jubilaciones vergonzantes. Servicios públicos de baja calidad con precios subsidiados y escasa reinversión en su infraestructura. Transporte público con años de precios ridículos y aportes casi total del Estado para solventar los costos. Hay mucho más que no es necesario abundar.
En fin, una larga lista de infortunios y barbaridades en que concluyeron los diversos items de la actividad económica para depositarla en la sinrazón en la que se encontró al final de la gestión populista K.
Javier Milei, fiel a su profesión de economista, obsesivamente ha puesto foco en la economía. Se comprometió en su campaña y desde el primer día de gestión en terminar con la inflación, que ha predominado con creces durante los últimos años.
Déficit fiscal cero desde el principio con “el ajuste fiscal más grande en la historia de la humanidad” como él mismo señalara. Lo está llevando a cabo, como nunca en la historia del país y se siente. Vaya si se siente. Pese a ello, el porcentaje de acompañamiento en su “cruzada” es significativo.
Por el estado económico en que recibió el país y por las drásticas medidas implementadas, Javier Milei no puede fallar en lo económico. De suceder, no sólo sería una enorme decepción por el esfuerzo y el sacrificio que conllevó a la inmensa mayoría del pueblo, sino por el salto al vacío futuro consiguiente.
El análisis está centrado en lo económico, aunque vamos a obviar una larga lista de items importantes y también la mención a políticas y estrategias de gestión vinculadas a ello, para señalar solamente las consecuencias favorables o negativas del éxito o fracaso del plan económico.
1) El éxito en derrotar la inflación: si el presidente lo consigue sería desterrar del pueblo argentino el karma y la maldición de convivir durante largos años con el peor de los impuestos que recae sobre cualquier cuerpo social y el que más castiga a los sectores menos favorecidos.
2) Recuperación del valor del peso: contenida la inflación y establecida en valores normales, la moneda volvería a ser un valor transable de confianza aparejando tranquilidad y previsibilidad.
3)Acceso al crédito: tanto para invertir, como para adquirir bienes como automóviles y acceder a la vivienda, el crédito a largo plazo y tasas no usurarias es básico e indispensable para el progreso colectivo e individual. Con él, no sólo se incrementa la actividad económica, sino se mejoran significativamente las condiciones de vida de los ciudadanos.
4) Eliminar el déficit fiscal: con ello se conseguiría un Estado útil, atento con fruición a las funciones básicas y necesarias para una mejor calidad de vida. Más infraestructura para mejores servicios y mayor producción. Salud y educación públicas de calidad que amparen vida sana y longevidad tranquila y que provean a los argentinos de conocimientos para desarrollarse con éxito en el complejo mundo global.
Con índices delictuales acotados, la vida diaria no significaría la zozobra continua en que se ha convertido la actualidad. Se dejaría de vivir enjaulados en los propios hogares.
5) Aumento de la inversión: en un escenario de estabilidad y valor del peso, las inversiones de los propios argentinos fluirían con naturalidad y crecimiento. Anida en muchos compatriotas, espíritu emprendedor e inteligencia creativa, bloqueadas por el deterioro constante de la economía, que frustra sueños, proyectos e impide tomar los riesgos lógicos que conlleva invertir. El emprendedurismo ha estado suspendido en la Argentina durante largos y nefastos años.
Es importante señalar también la posibilidad de inversiones extranjeras, para proyectos de gran envergadura que requieren de alta tecnología, expertise y sumas de dinero muy importante. Estabilidad económica, reglas claras, seguridad jurídica son esenciales para dichas inversiones. Eso no significa entregar la soberanía, ni permitir depredación de los recursos naturales, ni que el país no reciba una retribución justa por los recursos propios que son trabajados por empresas extranjeras. Equilibrio que provea seguridad, permita inversión de riesgo con retribución acorde para las empresas que las realizen y el cobro de impuestos, regalías no abusivas y el cumplimiento de normas y cuidados como beneficio para el Estado. Es posible y realizable, sin consignas patrioteras contrarias vacías ni permisividades inaceptables..
6) Punto final a empresarios prebendarios: el excesivo estatismo, la ausencia de una economía clara y previsible, la creciente presión impositiva y una inmensa regulación abusiva, inmersas en un halo de corrupción, dieron nacimiento a una versión nacional de empresarios acomodados a esas condiciones.
Predominan las relaciones, los acomodos, las devoluciones dinerarias, el mirar para otro lado de funcionarios y jueces, el apartamiento de la ley, el no cumplimiento de los contratos, por encima del riesgo empresario, la inversión total, el cumplimiento de las normas y la justa retribución por concesiones, servicios o bienes de calidad. Triunfaron el camino corto y la corrupción por encima del natural y lógico riesgo e inversión empresarias, premiados con justicia por una buena retribución económica. El país; el reino del revés.
7) El Pacto de Córdoba:los 10 puntos propuestos por el presidente para ser tratados desde el próximo 25 de mayo en la ciudad mediterránea, son inéditos en la historia nacional, necesarios y de sentido común y establecerían una base de coincidencias, perdurable en el tiempo y llevadas adelante por cualquiera fuera la fuerza política a cargo del gobierno. Previsibilidad inalterable fruto de coincidencias y acuerdos mayoritarios.
Estos son algunos beneficios concretos y ciertos que redituaría el éxito del plan económico del presidente. Por ello es que no puede fallar con la economía.
Señalemos algunas desventuras que acarrearía el fracaso( no deseado).
a) Salto al vacío por el inmenso esfuerzo y sacrificio en vano: que otra consecuencia se podría esperar en caso de fracaso. Si ideas y políticas lógicas y probadas en numerosos países del mundo, fracasaran en el país, la consecuencia resulta imprevisible por lo grave.
Venimos de largos años de derrotas, impericias, imprevisiones, falsas promesas, corrupción dominante en todos los ámbitos y profundización de la grieta.
Esfuerzo inmenso demandado, anhelado y acompañado mayoritariamente, frustrado nuevamente, dada la precariedad del país podría acarrear mayores desventuras y sufrimientos. Es válido recordar que los países no tienen límites en su caída. El orden social se rompe con facilidad, prevalecen el autoritarismo y las concepciones apartadas del republicanismo y también suceden hechos no imaginados.
Tenemos ejemplos cercanos: Venezuela; ha incrementado la represión sobre la oposición. Prácticamente no permite que haya ningún candidato que se oponga al autoritarismo represivo de Maduro. Semejante a Rusia, China, Irán, Nicaragua, Corea del Norte. En el medio emigraron 8 millones de venezolanos.
Ecuador; acaba de romper con una regla básica del Derecho Internacional. Las embajadas son inexpugnables y se reconocen territorio soberano del país que representan. No para Ecuador que irrumpió por la fuerza en la embajada de Méjico. Inaceptable y susceptible de toma de medidas por los organismos internacionales.
Podrían regresar el déficit fiscal, la emisión descontrolada, seguir sin inversiones ni crecimiento futuro. Negocios para amigos, tarifas subsidiadas y movimientos sociales de desvalidos y manipulables en número creciente. Riesgo en aumento para la Democracia republicana, con intenciones ciertas de cooptación de la Justicia y una Educación laxa y permisiva, adoctrinando por educadores militantes.
Estas serían algunas consecuencias probables y varias más, si Javier Milei falla con la economía.
No puede ni debe suceder y para ello deben el presidente y sus funcionarios extremar el máximo cuidado y ejercitar las mejores y necesarias prácticas gestionarias dentro de la democracia republicana.
Llevar adelante sus ideas con convicción, confianza y sin hesitar, propiciando acuerdos con opositores que aún con matices, sustentan ideas similares. Deben tener solidez institucional y acuerdos mayoritarios las medidas para enderezar el rumbo perdido. Congreso, Justicia y Gobernadores deben acompañar en libertad y con responsabilidad las mejores y correctas medidas. Es también su derecho y su responsabilidad.
El estado actual del país es de gravedad superlativa y se requiere un esfuerzo inmenso para que la mayoría de los partidos políticos y las instituciones y asociaciones privadas del país acompañen y aporten ideas bienvenidas a la épica tarea a llevar adelante. No debe haber otra frustración.