Quedan expuestos a la luz pública frecuentemente, los desaciertos, tropelías, trampas, favorecimientos, errores graves o groseros, cambios intempestivos y demás irregularidades que se producen en la Liga Profesional y en la Primera Nacional.
Con una mirada escudriñadora más amplia se puede apreciar que el fútbol entero está contaminado de vicios y manejos oscuros que todo lo cubren.
El último episodio de lo ocurrido en el partido entre Boca Juniors y Talleres de Córdoba y de las trifulcas y declaraciones posteriores son sólo una muestra de la putrefacción que envuelve al deporte más popular.
Claudio”Chiqui” Tapia presidente de la AFA está en el centro de la escena, mientras adelanta su reelección.
La conferencia de prensa del presidente del club cordobés, en tono enardecido, fue el mayor avance verbal sobre el poder y la persona de Tapia. Sin tapujos ni límites, André Fassi explotó con afirmaciones de variado tipo, señalándolo por”su supuesta animosidad contra su club”.
También habló de “cuatro o cinco árbitros serviles o abanderados” que son “enviados presuntamente por Tapia para beneficiar o perjudicar a los clubes”.
El “señor Beligoy hace expresamente el mandato de lo que vos y tu segmento de gente, hace que generen”, agregó.
Las diatribas fueron muchas y todas pusieron sobre el tapete una realidad de la que poco se habla o discute. La gente que conoce el trasfondo de lo que ocurre en el fútbol bien sabe de que hablaba Fassi. No todo el mundo anoticiado, parte del periodismo incluido, se expresa. ¿Cautela, conveniencia, complicidad?
Son numerosas las irregularidades que suceden a menudo y muchas de ellas se ven disminuidas por el éxito de la selección mayor. Sólo por los de ella. Los demás equipos nacionales de diferentes categorías tiene un desempeño medio en las competencias que participan. No todo es oro lo que reluce, competitivamente en el orden internacional.
Un torneo de 30 equipos de primera división es un despropósito que no existe en el mundo. Tampoco uno de 37 o 38 equipos para ascender.
Sobre la marcha y luego de iniciada la competencia se han producido cambios inesperados e insólitos que agregaro imprevisibilidad y en la actualidad se rumores una posible suspensión de descensos.¿ Para favorecer a Barracas Central( el equipo de Tapia), a Tigre( de Massa) o a Central Córdoba de Santiago del Estero( el equipo de Toviggino, ladero cercano de Chiqui)? La gente es mal pensada.
Todos hablan en voz baja y conocen lo que no se explicita ni confronta claramente. Fassi fue la excepción y la contracara. Este enfrentamiento, amén de lo deportivo, está sostenido en la diferencia evidente entre las SAD( Sociedades Anónimas Deportivas) auspiciadas por Fassi y la postura contraria de la AFA.
El órgano directivo del fútbol profesional es exitoso económicamente y rebosa en dólares. El seleccionado campeón del mundo es el gran proveedor. River, Boca y algún otro club son la minoría de clubes que tienen sus finanzas en orden.
La mayoría de las instituciones navegan en la escasez y sobreviven económicamente como pueden. La partida temprana al fútbol europeo de sus estrellas juveniles promisorias es la mayor fuente de salvación por los dólares que entran.
La crisis económica nacional, más la debilidad en la gestión de los diferentes dirigentes han puesto a los clubes contra las cuerdas. Basta mencionar la situación de dos de los clubes más grandes del país; Independiente de Avellaneda y San Lorenzo. Por ahí pasaron los Moyano, Marcelo Tinelli y Lamens.
Arsenal de Sarandí fundado por la familia Grondona está a punto de descender al torneo Federal; el tercero en categoría. Al igual que Rafaela que supo animar el torneo superior. Navegan en la intrascendencia Patronato y Colón alejados de las primeras posiciones en la primera Nacional.
El reparto de los derechos televisivos es también desproporcionado. River y Boca se llevan la parte más importante, pero como son clubes muy grandes, no es esencial en sus ingresos. En el club millonario no alcanza ni al 10% de sus recursos.. Por el contrario; para la gran mayoría es indispensable esa entrada, que también les resulta insuficiente.
Otra irrealidad del fútbol doméstico es la burbuja de salarios de jugadores, directores técnicos y la numerosa cantidad de personas que conforman el cuerpo técnico y colaboradores en general. Excesivos para la realidad económica nacional y para la propia economía de los clubes.
Sin recursos dinerarios ni divisiones juveniles aptas para conformar planteles de categoría, más una AFA opaca, la medianía reina en el fútbol nacional. El voluntarismo de fanáticos que colaboran desinteresadamente, sólo atemperan las dificultades.
Lo que no se ve a la luz pública: la situación de las divisiones infantiles y juveniles de todas las instituciones del país es la verdadera cara de cientos de miles de niños y jóvenes que sueñan con ser jugadores de fútbol profesional y la mayoría se frustra por razones ajenas a ellos. Esto queda más expuesto en los clubes que participan en torneos organizados por la AFA.
Con infraestructura pobre, canchas en mal estado, entrenadores y profesores de educación física escasamente remunerados, el tránsito de niños y adolescentes por los primeros pasos del fútbol es muy complicado. Por las propias deficiencias del sistema y de los clubes, miles de ellos se ven decepcionados, sin siquiera haberse aprovechado o mejorado sus cualidades.
También se ven defraudadas las familias que acompañan a sus niños en sus sueños. Hacen también un esfuerzo económico ya que aportan al club pagando una cuota mensual, adquiriendo gran parte de los equipos conque se entrenan y también pagando la cuota anual de las diferentes Ligas, más en muchos casos soventando parte de los viajes que realizan los equipos. Para muchos un verdadero sacrificio. En muchísimas oportunidades tirado al vacío por el propio fútbol y varios dirigentes desaprensivos, interesados en si mismo y desaprensivos.
El negocio y los manejos oblicuos y oscuros, colocan al fútbol del último campeón mundial y de América, en una situación escabrosa e indeseada. Esa es la dura y verdadera realidad.
La pasión del pueblo argentino merece otra realidad. Menos “Chiquis”Tapias, menos cortesanos obsecuentes, dirigentes ineficientes y hasta venales algunos y más gestores probos y eficaces.