El prácticamente impresentable gobernador riojano Ricardo Quintela, al cesar el aporte nacional con la llegada de Javier Milei al gobierno y apartándose de la Constitución nacional que expresamente prohíbe a las provincias acuñar su propia moneda, emitió los Chachos, moneda artificial, con el supuesto propósito de suplir la falta de recursos genuinos propios.
Todo un dislate, que acarreó una serie de inconvenientes. No fueron aceptados por muchos comerciantes ni se podían cancelar deudas con proveedores externos y su paridad perdió valor rápidamente. Ya han sido rescatados la mayoría con una tasa de interés del 17% y no se plantea una nueva emisión.
Una provincia donde el despilfarro y el clientelismo son moneda corriente, dio la nota a través de un gobernador feudal e inútil, sin ningún resultado práctico favorable.
Una golondrina no hace verano. Un Ricardo Quintela gobernador, hace daño permanente. Anda pergeñando adelantar las elecciones y piensa, luego de su “boutade” escandalosa, intentar nuevamente conducir el PJ nacional.
Autócrata, dilapidador de los recursos públicos, intrépido e irresponsable, quiere volver por las suyas, luego del ruinoso fracaso de su “cuasi moneda”. Puede que los riojanos reflexionen.