Son aproximadamente 90 años. Incluso los 40 años de democracia no alcanzaron ni sirvieron para modificar el rumbo. De fracaso en fracaso. Directo y sin escalas rumbo al abismo. Con golpes militares, intercalados por gobiernos elegidos frustrados. Con militares genocidas, con guerrilleros que se arrogaban la voluntad popular y por las armas buscaban el poder; con muerte y terror. Con guerra por las Malvinas. Con retorno democrático imperfecto y gestiones deficientes continuas.
Con gobiernos elegidos democráticamente abortados antes de tiempo, Alfonsín y De la Rúa. Con populismo autoritario corrupto, yendo por todo.
Sin educación, prefiriendo ciudadanos ignorantes adocenados, clientes y manipulables. Sin servicios públicos básicos y esenciales para millones de ciudadanos viviendo en la precariedad absoluta.
Con garantismo y permisividad delicuencial y con jueces militantes y abolicionistas sustentando en sus fallos la propagación doctrinaria de Zaffaroni, trasladando a la sociedad injusta la responsabilidad de los delitos. Eximidos los delincuentes, víctimas y no victimarios.
Con pobreza e indigencia alarmantes. Trabajo precarizado y millonarios burócratas dirigentes sindicales que representan sus propios intereses, propiciando con éxito sostenido bajo número de trabajadores registrados. Acompañan empresarios prebendarios y corporativos. La lista podría continuar y queda abierta al criterio y memoria individual.
Con la política y los políticos, esenciales e insustituíbles en la democracia republicana, como actores principales del derrotero doloroso. No parecen aún, recapacitar ni reflexionar en profundidad y con responsabilidad de su propio accionar.
El país transita una tragedia, un apocalipsis que obtusos, fanáticos y aprovechados, ignoran y sostienen, prefiriendo continuar en el fracaso y el desvarío. El país cayó al abismo. El empujón final lo propició el kirchnerismo/ massista con los brazos impulsores del propio Sergio Massa. Ahí yace.
Desde el fondo del abismo hay que tratar de emerger y las condiciones y circunstancias no parecen propicias.
Javier Milei arribó a la presidencia con apenas dos años de ejercicio en la política. Dato a tener en cuenta para poner en valor el estado de la política tradicional.
Bastaron arremeter “duramente” contra la casta política (completa) portar una motosierra y gritar “ viva la libertad carajo” para acceder a la máxima investidura.
Sin partido nacional, con escasa representación legislativa, sin plan ni equipo suficiente y con el 56% de apoyo en las urnas, comenzó su “gesta libertaria”. Luce insuficiente, con algunos actores inexpertos, excesiva en anhelos y expectativas ya frustrados y con ideas y desregulaciones indispensables y esperanzadoras en vilo y suspenso. Varios anhelos deseados y buenas ideas, con excesos, torpezas, propuestas imposibles legalmente y errores increíbles.
Enfrente está la política de siempre con los políticos de siempre. Con dos variantes. El perokirchnerismo y la izquierda que se van a oponer a todo, sea malo o bueno y los políticos “amigables”, la reciente liga de gobernadores, el Pro, los Pichetto, Monzó, Massot, Stolbizer, López Murphy, los “lilitos”de la Coalición Cívica, algunos radicales, no todos, que acompañarían, sin que todavía se conozca el costo final del acompañamiento.
Estos son los actores, con el escenario; el país y los argentinos, en el fondo del abismo.
¿Estarán los actores a la altura del inmenso desafío.Han tomado conciencia real de su tarea y de la catástrofe que abordan?
Hasta ahora surgen más dudas que certezas. No es necesario ni pertinente entrar en detalles ni disquisiciones objetivas ni con tinte subjetivo. La libertad carajeada reside en la profundidad del abismo. La Patria está en peligro la acompaña gravemente herida. La Patria no se vende, fue rematada a precio vil en numerosas oportunidades y mayormente por aquellos que vociferaban y vociferan “ no venderla”.
Todos dependemos de los actores. Tomen conciencia. Sean responsables, prudentes, solidarios, empáticos y no vuelvan a fallar. No sólo no hay plata, sino casi no hay nada. Tengan en consideración prioritaria lo que el pueblo votó mayoritariamente. No pueden ni deben desecharlo, ya lo hicieron en demasía. Representan la voluntad soberana del pueblo, no tienen mandato libre. Corrijan lo inconstitucional, lo ilegal, lo claramente errado; pero no traicionen el mandato de las urnas.
La Patria está quebrada, huérfana y desvalida. Si no se comienza el duro camino de la salida del abismo, la permanencia en él será aún peor. La suerte está en juego y de ustedes, señores políticos depende.No vuelvan a desperdiciarla, no queda tiempo y el espacio se acabó.
Hasta ahora pareciera que “ninguno la ve”. Lamentable y peligroso. Agudizen la vista. Es de necesidad y urgencia.