Sentido común: Modo de pensar y proceder tal como lo haría la generalidad de las personas.
Para la RAE, de sentido común es conforme al buen juicio natural de las personas.
Es conocimiento, mesura, prudencia, habilidad para ponderar, para responder ante una eventualidad o para dar una explicación acerca de algo que ha sucedido.
En sentido filosófico, una acepción de sentido común se refiere a un tipo de conciencia básica y capacidad de juicio que se espera que la mayoría de personas compartan de forma natural, aunque no puedan explicar porqué.
Algo tan simple y natural se ha extraviado hace años en los líderes políticos que transitaron y transitan por el poder e impacta negativamente en la vida social cotidiana, propagándose en la ciudadanía que, en gran parte, se ha convertido en actores que conviven e interactúan en forma opuesta al sentido común.
Inédito y muy difícil de entender y explicar. Urge recuperar la racionalidad e imponer el sentido común en numerosos aspectos y circunstancias de la vida individual y social.
Principal responsabilidad tienen los dirigentes políticos, tanto en el poder como en la oposición y los líderes y referentes que la sociedad ha reconocido.
El sentido común surge natural y espontáneamente ante las diversas vicisitudes que plantea el diario vivir. Sólo una forzada o desviada interpretación nos aparta de lo simple y lógico. El problema es que en el país se ha convertido en cotidiano y abrumador, apartarse de lo normal e insistir y repetir conductas erradas: Veamos:
Seguridad y Justicia: las prácticas permisivas y el garantismo en el ejercicio del poder y en las sentencias de numerosos jueces, en muchas instancias han trocado lo que corresponde y es correcto en beneficio para los delincuentes y pérdida para las víctimas y los ciudadanos en general.
No se trata de políticas represivas excesivas ni de jueces castigadores. Sólo aplicar la ley y el principio de orden y seguridad democráticos.
Es necesaria una vida en comunidad que propenda a una cotidianidad segura y libre, donde los delincuentes delinquen y no son víctimas del orden social injusto como pretende instalar el garantismo permisivo, y son pasibles de sanciones. Jueces que aplican la ley con objetividad y razonabilidad, sin militancia política en sus sentencias ni teorías extremas exculpatorias.
Simple sentido común. La ley enmarca y protege a la sociedad, la autoridad previene y reprime sin excesos cuando corresponde y los jueces sentencian aplicando las penas en su justa medida. Sin abusos ilegales ni garantismo sobreabundante.
Fuerzas del orden capacitadas, bien equipadas, con remuneraciones adecuadas a su actividad e insertas en la prevención y represión dentro de la democracia.
Jueces sin Justicia Legítima, no militantes ni partidarios, probos, honestos y recatados. Con venda en los ojos, la boca cerrada y la balanza equilibrada.
Libertad: afortunadamente se ha puesto en vigencia el valor y el significado de la libertad , vapuleada y cercenada durante largo tiempo. El autoritarismo político, los golpes militares, felizmente acabados desde 1983, y el caos económico más la decadencia continua coartaron la libertad, valor máximo de todo ser humano.
Sin embargo, políticas demagógicas extremas, progresismo activo que atrasa y el tan mencionado en la actualidad wokismo, más desvaríos sin sentido, como el reciente discurso del presidente en Davos, ensombrecen y desfiguran la libertad.
La libertad debe ser ejercida sin límites ni tapujos, pero con responsabilidad. Libertad sin libertinaje.
Nuevamente aparece la falta de sentido común. Toda persona es libre de vivir como le plazca, de ejercer su sexualidad como lo desee, en el marco de la ley y su propia responsabilidad. Nadie puede ni debe inmiscuirse ni limitarlo.
Refiriéndose a la ideología de género afirmó el presidente que “en sus versiones más extremas constituye abuso infantil, son pedófilos”. Erróneo, torpe e inconveniente. Apartado totalmente del sentido común.
Pedófilos son heterosexuales, muchos del seno familiar, curas y todo tipo de ser humano. No es exclusividad de nadie ni de ningún colectivo. Exceso abusivo restrictivo de la libertad resultaron esas palabras.
Lo que también se aleja del sentido común es otorgarle cupos laborales obligatorios a miembros del colectivo LGTBIQ+. Todas las personas, sin ninguna discriminación ni preferencia, acceden a cualquier actividad laboral, por sus calidades personales y méritos. Nadie debe tener prioridad por su pertenencia a ningún colectivo, raza, credo o nacionalidad.
En el horizonte aparece el cupo femenino, que tras un objetivo justo y legítimo, por la discriminación evidente, terminó siendo un límite. Sí para ocupar cualquier lugar de trabajo, incluidos los cargos electivos, las más capaces son mujeres, todos esos lugares deben ser cubiertos por ellas. Sin cupo ni cantidad predeterminada.
No te habilita el género por si sólo, habilidades o preferencias para desempeñarse en ninguna actividad. A una injusticia discriminatoria y excluyente sobre las mujeres, se la enfrentó con políticas paleatorias limitativas. Lo mismo aplica para los hombres. Prevalecen la capacidad, los méritos, la voluntad, la corrección y las ganas, inconvenientemente despreciadas y desechadas en numerosas ocasiones.
Educación: el daño por apartarse del sentido común, en este caso ha sido mayúsculo, al punto de convertirse en lo que se denominó la tragedia educativa.
Niños que llegados a 4°grado no comprenden lo que leen y hasta tienen dificultades para leer. Bajo el argumento de ser opresivo y discriminatorio, en determinadas jurisdicciones los alumnos avanzan libremente, independientemente de que hayan entendido o aprobadas las materias de estudio. El pase, pase, como norma.
En las facultades, se han impuesto en primer año, materias nivelatorias, porque los alumnos universitarios llegan con falencias inadmisibles para comenzar una carrera terciaria.
En casos, esta política es intencionada para limitar la capacidad de los ciudadanos y tenerlos a merced del autoritarismo presente. Cuanto más ignorantes, más dependientes.
En otros casos es carecer también del más mínimo sentido común. Las comunidades y los Estados necesitan de ciudadanos ilustrados para progresar y desarrollar su vida en crecimiento. El conocimiento aporta instrumentos para una vida digna, en progreso personal y colectivo y en libertad.
Hemos mencionado sólo algunos ítems donde el sentido común brilla por su ausencia. Son muchos más los afectados por esta carencia.
Sentido común, el más común de los sentidos.Fluye natural y espontáneamente. Nos hemos esforzado en limitarlo y hasta convertirlo en innecesario. Locuras y torpezas que nos han depositado en el lugar en que nos encontramos. Es de sentido común.