Sucedió luego de finalizado el proceso militar en 1983, que dejó como saldo miles de muertos y desaparecidos, amén del apoderamiento de bienes y presos y torturas a guerrilleros peronistas y marxistas.
Voces varias sintetizaron el terrible período nacional, de falta de democracia y muerte, en la existencia de dos demonios; los militares y las formaciones especiales guerrilleras. No aceptable por la democracia y el sentido de justicia y respeto a los derechos humanos. El Estado nunca debe actuar fuera de la ley, aún cuando enfrente lo peor en detrimento del orden jurídico establecido. Con la fuerza y el imperio de la ley.
Luego de la estruendosa sorpresa que brindó la conferencia de prensa donde Patricia Bullrich y el silente Luis Petri, donde anunciaban e instaban a sus millones de votantes a votar por Javier Milei, la bomba neutrónica al interior de Juntos por el Cambio, generó numerosas reacciones adversas.
Varios fundamentos de actores importantes de la oposición, a lo pergeñado por Mauricio Macri y sellado en su domicilio particular en Acasuso, se centraron en la seguridad de que Massa y Milei son dos opciones inviables. Pareció semejante a lo sucedido durante la dictadura.
Los voceros más importantes, Gerardo Morales y Martín Lousteau por la UCR, Horacio Rodriguez Larreta desde el Pro y Lilita Carrió de la Coalición Cívica definieron con palabras durísimas las supuestas opciones, ambas inviables para ellos.
Larreta;”no caeré en la trampa de elegir entre opciones catastróficas, expresó.
Morales señaló que Milei pone a la patria en peligro, a contramano de lo expresado por Bullrich y junto a Lousteau, señalaron a Macri como el mentor de la ruptura de la coalición opositora.”Macri y Bullrich están fuera de Juntos por el Cambio, por su propia decisión” dijeron. La UCR se pronunció neutral, ni Massa ni Milei.
Carrió afirmó que no va a dar un salto al vacío en la venta de órganos apoyando a Milei. No estamos de acuerdo en la venta de niños, todo eso va a conducir a delitos de lesa humanidad.
“Tampoco es Massa al que yo acusé de corrupción y narcotráfico durante años, cuestionó. Fulminó a Macri acusándolo de romper Juntos y de entregar a Bullrich para irse con Milei.
Massa y Milei dos opciones trágicas para muchos de los dirigentes políticos del perdidoso Juntos por el Cambio.
Cabe una reflexión. Que grado de asertividad e influencia sobre el electorado propio tiene esta dirigencia derrotada. Vienen de dos derrotas electorales presidenciales y con disminución notoria de adhesión en cantidad de votos. Definiciones no acompañadas mayoritariamente, parecerían ser.
El cuadro opositor previo a las elecciones y su desempeño no resultaron adecuados.
Mauricio Macri, inexplicablemente, devaluó con persistencia a Larreta y condicionó in extremis a Bullrich, que a su vez en la instancia decisiva desnudó su fragilidad para acceder a la presidencia. Previamente, ambos precandidatos, en la interna se habían propinado un tiro en los pies, confiados en un triunfo seguro, que nunca ocurrió.
La UCR no pudo proponer un candidato a la presidencia dentro de la coalición. Insólito.
Carrió se centró en colocar la mayor cantidad de propios en lugares entrables. Tarea repetida. Ante la carencia de votos, presionó al interiorde Juntos para sacar ventaja para los suyos.
El resultado de éstas y tantas otras torpezas fue el quedar fuera de la disputa presidencial . Fue diferente el accionar de dirigentes provinciales. Fueron exitosos en muchos casos.
¿Influyen los dirigentes sobre los ciudadanos? En virtud de como ha votado el pueblo no parece ser decisivo lo que expresan. Los ciudadanos de una misma provincia han votado diferente en las ocasiones que fueron convocados a votar por intendentes, gobernador y presidente.
Prevaleció el interés y la voluntad de cada uno por encima de la identidad partidaria o de las ideas y propuestas de cada agrupación Votaron libremente según sus convicciones y su interés personal.
Es probable que suceda lo mismo en el ballotage. Las apreciaciones altamente negativas de los dirigentes sobre los dos candidatos que disputarán la presidencia, no está garantizado sean compartidas por los votantes. No podría funcionar linealmente la teoría de los dos males. La situación general del país está mal y los dirigentes tienen mucho que ver en ello.
El pueblo tampoco es ajeno a la decadencia continua. Hemos aceptado, acompañado y avalado con el voto, gestiones ineficaces e ineficientes, mentiras, falsedades, demagogia y corrupción Y muchos hemos tomado parte y ventaja del desaguisado y del latrocinio.
Es de entera responsabilidad ciudadana, amén de votar en libertad y con convicción, hacerlo en preservación de la democracia republicana y apostando a la mayor transparencia y contra el robo sistemático y el respeto de los derechos humanos.
Puede que pongamos en marcha la tarea reconstructiva. Es ardua, difícil y va a llevar tiempo. Deleguemos nuestro poder en quién puede conducir esa tarea y controlemos su mejor ejecución. Así es posible que en el futuro la opción sea entre candidatos de capacidad y vocación de servicio acreditadas y no entre el mal menor o la abdicación del voto como única salida.
Es nuestra responsabilidad y excede a la dirigencia. Involucra a los 47 millones de argentinos. No estamos condenados al éxito, pero tampoco al fracaso comtinuo.