El dólar a 600, la inflación al galope, alacenas de supermercado semi vacías, controles y más controles, cepos en aumento con importaciones trabadas, inseguridad apremiante. La lista de desventuras sigue y se incrementa golpeando nuestro espíritu, ánimo y posibilidad de vida digna.
No pueden abatirnos todos los males, el cansancio, la desesperanza, el hastío, la decepción, el enojo No. Es más;la negatividad nos nubla y bloquea hasta llegar a pronunciar”Nadie me representa, por eso voy a votar en blanco”. No, es el camino errado y que tiene un efecto contrario al que se busca.
A continuación ponemos en consideración algunos motivos de la necesidad e importancia de concurrir a votar.
1) Votar es ejercer nuestro poder: en nuestra democracia representativa delegamos nuestro poder votando y eligiendo a quienes nos representarán. Ejerzamos nuestro poder. En libertad y con conciencia y luego, demandemos. Sólo es posible votando. Demandar es importante y ampliaremos.
2) Tomemos en cuenta la realidad:¿como no vamos a no votar con la realidad que estamos atravesando? Es una tragedia, aunque duela o parezca excesiva la palabra. O sino, que es el nivel de la pobreza, la inseguridad, la inflación asfixiante, la violencia social, por nombrar algunos desasosiegos. Realidad grave y dolorosa. Ante tamaño presente es imprescindible nuestro sufragio.
3)¿Y nuestra mirada retrospectiva?: algún tipo de responsabilidad nos atañe. Argentina está en este estado doloroso, en parte también por nosotros, los argentinos. No ejercemos obviamente el poder, por ello nuestra responsabilidad es menor. Pero está, hay cuota propia de responsabilidad.. Aguantar, haber votado erróneamente “comprando espejito de colores”, no demandar y no protestar por las vías legales, es nuestra cuota de responsabilidad en la tragedia actual. Enmendemos nuestra porción de culpa votando y con inteligencia y responsabilidad.
4) Desbaratemos”falsos profetas”, sinverguenzas habituales, periodismo amarillo o pago, mentirosos compulsivos: pensando con tranquilidad, abordando las propuestas con mirada crítica, descartando los dichos estentóreos, las promesas fatuas o incumplibles, las influencias u operaciones del periodismo militante o amarillo( abundante), evitando las mentiras de mucha data, con responsabilidad y esperanza pondremos una base sólida para comenzar la ardua tarea reconstructiva.
5) Afirmemos la República democrática representativa. Hemos transitado numerosas instancias por limitar la República. El ataque desde hace tiempo a la Justicia es una forma de corroer la República. Jueces afines al poder en vez de objetivos e imparciales enseñorean autoritarismo y coartan la seguridad jurídica e incluso la libertad. El ataque al periodismo independiente favorece un poder sin control ni límites. Autoritarios a su gusto. Congresos y legislaturas que funcionan “como escribanías” y no como gestores de leyes consensuadas en favor del bien común. No dejemos pasar esta oportunidad.
6) Responsabilidad y esperanza por encima de desentendimiento irresponsable y desilusión: es hora de que comencemos. Afrontemos el peso que nos oprime, paraliza, enoja y nos aparta de la responsabilidad ciudadana y de la impostergable necesidad de votar e inteligentemente. Votando damos el primer paso para luego peticionar y exigir mayor poder. A las nuevas autoridades les debemos demandar más instituciones de poder directo, como referéndum revocatorios, plesbicitos y consultas vinculantes o no. Más poder, participación y control al pueblo.
Votemos, con inteligencia, responsabilidad y pasión democrática. La realidad y el estado de la Patria lo exigen. No defraudemos ni nos defraudemos. La situación es crucial.