Con habitualidad, la última semana en todas las elecciones, eleva la tensión de los intercambios entre candidatos y frentes o partidos políticos.
Mendoza no es la excepción en esta oportunidad, recargada por el contexto del que parten las dos fuerzas con mayor intención de voto y por la identidad propia de candidatos de peso.
Contexto general: el marco político general que enmarca la disputa electoral retrotrae increíble e insólitamente al tiempo del gobierno nacional de Cambiemos durante la presidencia de Mauricio Macri.
El Pro lideraba la coalición gobernante y ejercía el poder casi en exclusividad, abriendo muy poco el juego a La UCR y la Coalición Cívica.”Nos enteramos por los diarios” era una frase frecuente que se escuchaba en boca de radicales y lilitos.
Luego de 8 años de gobierno de Cambia Mendoza, liderado por la UCR, las mismas motivaciones provocaron el drenaje de agrupaciones políticas constitutivas de la coalición. Gobierno casi en exclusividad de la UCR, cediendo mendrugo de poder al resto de las fuerzas. Premio consuelo para ellos.
La implosión interna tuvo su máxima expresión en la ruptura estentórea de Omar De Marchi con el Pro y su decisión concreta de constituir una alianza competitiva. En seis meses constituyó La Unión Mendocina y está en disputa. Previamente se habían separado de Cambia Mendoza, el devaluado PD, la Coalición Cívica y algunos empresarios desalentados por la escasa participación cedida.
Lo misma conducta que denostaba y reclamaba cambio la UCR nacional en Cambiemos nacional aplicaba Cambia Mendoza gobernando Mendoza.
Algún síntoma de fatiga o cierto desencanto se expresaron en las Paso provinciales. Luis Petri compitió con Alfredo en la interna de Cambia Mendoza. Su consigna” Mendoza está en modo pausa” refirió directamente al gobierno provincial. Suarez y numerosos funcionarios de Cornejo apuntados.
Conducción férrea de Alfredo Cornejo como gobernador o tras bambalinas durante el último de Rodolfo Suarez , fueron cuestionados por Petri. Poder unívoco. Tuvo un 40% de adhesión.En casa de herrero cuchillo de palo.
Presencia de la Unión Mendocina:
Concretado el cisma, el cuchillo se hundió más profundamente y La Unión Mendocina aumentó estruendo y tensión sumando radicales enojados con la conducción de Cornejo.
El pase más resonante fue el de Daniel Orozco, intendente de la populosa y compleja Las Heras. El efecto fue explosivo y de devolución inmediata y con todo. En una semana pasó de”ser el mejor intendente de Las Heras en toda la época democrática”, Cornejo textual; al más corrupto; incapaz e ineficiente líder municipal. Los tiempos y las necesidades cambian, las opiniones son efímeras.
Toda la artillería política, judicial(de a tres fiscales se presentaban en el edificio municipal), el Procurador Alejandro Gulle super activo, y una andanada mediática llevada por el periodismo amarillo y por el reprendido o arreglado. Fuerte y con todo. Apuntados principales, Daniel Orozco, su esposa Yanina Ortiz y el siempre presente funcionario radical en las administraciones municipales, Osvaldo Oyhenart. Independientemente de la especulación política, se debe investigar a fondo y objetivamente lo denunciado.
La devolución se hizo esperar pocos días y vino también con munición pesada. Denuncias penales a Alfredo Cornejo , funcionarios importantes e incluso a la presidenta del Colegio de Abogados y Procuradores por supuesto tráfico de influencias, salpicando al Consejo de la Magistratura. Fuerte, muy fuerte. Silencio periodístico de los de siempre o tratamiento entre algodones, pero con repercusión en medios nacionales.
Las peleas políticas fratricidas son violentas y crueles. Duelen.
Cambio de escena política:
Alfredo Cornejo partió como favorito tranquilo para ser el primer gobernador reelecto de Mendoza. Tarea no sencilla porque los mendocinos frustraron en su intento a José Octavio Bordón, de gestión valorada y por dos veces a Roberto Iglesias, lo que lo alejó de la vida pública. Hasta aquí llegamos parecen decidir los mendocinos.
Su acceso fácil a un segundo mandato se le complicó a Cornejo. A la tendencia natural del pueblo mendocino,se le agregaron factores exógenos, algunos no previstos.
Cambia Mendoza sufrió un drenaje importante de fuerzas integrantes. Conducción unívoca radical y casi nula participación de los aliados fueron motivo de disenso, alejamiento y ruptura.
Un gobierno desvaído de Rodolfo Suarez, que no torció un destino de estancamiento hace 10 años y que tampoco generó entusiasmo ni épica, sumó dificultades. Alfredo Cornejo en paralelo no pudo avanzar en sus apetencias nacionales. Vuelta al pago chico.
El ex gobernador candidato acentuó su temperamento demandante y controlador, agregando nervios y enojos a su accionar proselitista.
Sigue apareciendo como favorito, pero ya no tan cómodo ni seguro. De Marchi y su círculo cercano se muestran optimistas. Algo es cierto; en sólo 6 meses constituyeron una fuerza política que sumó hasta voluntades peronistas de forma explícita y otras, más timoratas, prudentes o detenidas a telefonazo por Sergio Massa, más veladamente.
Cualquiera sea el vencedor las cercanas elecciones determinarán con seguridad que la Legislatura va a carecer de una fuerza con mayoría suficiente. Muy buena noticia. Necesidad de diálogo inteligente y responsable para arribar a consensos. Hace falta.
En tiempo de crisis graves y prolongadas el escenario político es susceptible de cambios políticos imprevistos o no esperados. Esto está sucediendo en Mendoza. Puede que sea para bien.
Fernando Díaz